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“Uno es querido y ya lo ven coqueto": Paola Turbay

ANDRÉS PINZÓN SINUCO

23 de diciembre de 2011 12:01 AM

Paola Turbay apenas se reconoce en su último personaje, una peluquera de barrio y madre soltera a quien le da vida en la cinta ‘Mamá, tómate la sopa’.Contrario a lo que se pensaría, el hecho de no reflejarse en la pantalla grande a través de Cristina le da la satisfacción de saber que dotó a esta mujer de una autenticidad propia que se funde con esta comedia de humor negro.
Junto con Ricardo Leguizamo y Consuelo Luzardo, los otros personajes de este filme que dirige Mario Ribero, gravita otra Paola que desde Los Ángeles (Estados Unidos), arrojó varias luces sobre su percepción del trabajo que derivó en esta película que se estrena hoy en la mayoría de las salas de cine del país.
En entrevista exclusiva con El Universal estableció paralelos entre la producción de televisión que se realiza en Estados Unidos y Colombia, además reveló que sólo se sintió realmente actriz cuando por mérito propio ganó su primer papel en ese país.
El único elemento que reconoció como prestado y similar a su personaje (Cristina) fue la coquetería, la que, según ella, perfilan ambas de una manera innata, nunca impostada ni con “segundas intenciones”.

Empecemos por el principio, el personaje...
- Es una peluquera de barrio, una mujer de pueblo que toda la vida se la ha luchado y que a los 18 años queda embarazada, tenía sus sueños pero sus prioridades cambian, y arranca con su muchachito a sobrevivir, ella lanza su peluquería la inaugura y la abre al publico y ahí arranca su relación con Vicente (Ricardo Leguizamo) que es su vecino y que es calvo y ella tiene un producto para la calvicie.

¿Ahí se inicia entonces una especie de relación libidinosa no?
- Ella solo tiene la coquetería de la venta, está acostumbrada a manejar así su clientela... cuando uno es querido con la gente y sonríe le dicen que uno es coqueto.
Lo que hace que sea libidinoso son las dos perspectivas, uno ve por un lado que Cristina no tiene segundas intenciones con esa amabilidad o coquetería, pero la forma en que Vicente percibe cada cosa que ella hace, allí es donde está la líbido acentuada.
Élla está en lo suyo, ni seduce ni usa los movimientos para nada mas que atender bien a su cliente, mientras que él cuando uno lo mira desde su perspectiva la cámara es lenta, como el quiere vivir ese momento y las sensaciones que él tiene.

¿Y de qué manera se suscita la comedia?
- La idea no era caer en el chiste del chiste, como reírse de la caída de la tropezada, de la grosería, del grito; sino reírse de las situaciones irónicas de la vida.
Estuvimos muy conscientes que queríamos que partiera de los personajes, cuando se ríen no es por un chiste sino por las embarradas de la vida o de la relación disfuncional entre Cristina y Vicente, darle sentido cómico a las tragedias de la vida, ahí es donde está el humor negro.

¿Se considera usted una persona coqueta?
- Uno es querido y ya lo ven a uno coqueto, tengo una fama de coqueta...
Una cosa es que sea una coqueta por naturaleza, que tenga uno esa picardía, y otra cosa es que sea coqueto con la intención de conseguir algo. A mí toda la vida me han dicho que era una coqueta, y de verdad que nunca he hecho el esfuerzo.
Me parece malo cuando se utiliza como herramienta. En este caso, es algo muy de ella y mío que tenemos una coquetería natural, ella por la venta y yo por lo sociable que soy y buena gente y alegre

¿Qué tanto se reconoce usted en Cristina?
- La verdad es que es muy distinta a mí, de hecho Mario (Ribero) al final me decía: ‘estamos felices porque es una persona totalmente distinta, no tiene nada que ver con Paola’. Cuando estuvimos en la premier en Bogotá la novia de mi papá y mi hermano me decían que lo impresionante era que llegó un momento en la película en que veían a Cristina, hay una gran distancia entre las dos.

¿Qué sintió al volver a hacer cine en Colombia?
- Estoy feliz, a mí esto me dañó la cabeza porque ya quedé muy mal acostumbrada a trabajar con este nivel de profundidad en los personajes.
Había hecho televisión en Colombia que es una cosa muy distinta a televisión americana, porque (en nuestro país) es muy exigente en términos de tiempos y de rendimiento entonces casi se llega al set y se hace su escena de una sola de toma.
Además en Colombia se emite las novelas diarias por lo que hay que hacer más capítulos, aquí me di el lujo de hacer algo más pausado en la televisión, más tranquilo y minucioso porque como aquí las series son semanales entonces uno se demora 8 días filmando un episodio además como se filma en cine, entonces las tomas son distintas, los planos...
Esto ya es lo máximo porque es que la historia se trabaja a un nivel de profundidad mayor. En Colombia tenemos otros ritmos y se trabaja con tanto detalle que yo ya quedé mal acostumbrada.

¿Qué es la belleza?
- Es una armonía de diferentes elementos, es aquello que es armónico ante los ojos, audiovisualmente agradable que generan agrado.

¿Qué es la fama?
- Es la reputación que uno crea gracias a los resultados o actos que uno tiene en la vida.
Gracias a Dios tengo fama de buena trabajadora, y de cumplida, pago las deudas. Está la fama de la popularidad, hay gente que es famosa pero no es popular, no todo famoso es popular, hasta ahora me ha ido bien con la fama, lo que me ha permitido es cierta cercanía con la gente.

¿Cómo fue en su caso la transición de ser elegida Señorita Colombia en 1991 para luego convertirse en actriz?
- Fue paulatina porque el que me conoce de toda la vida sabía que yo iba a terminar en estas. Desde el colegio montaba show todos los días, hice muchos comerciales desde los 15 años, y la gente toda la vida me veía muy actriz, de hecho cuando terminé el colegio me quería ir a Nueva York, y cuando terminé no entré a estudiar actuación porque no lo veía como un carrera como tal.
Después del reinado se me abrieron muchas puertas pero por el respeto que le tenía al oficio no quise aceptar ninguna novela, yo sentía que tenía que tener la formación y además quería terminar la carrera de Psicología.
A finales de los 90 estudié con Alfonso Ortiz, y en Estados Unidos aproveche para estudiar en conservatorio porque  el entrenamiento es clave y creo firmemente en la formación. La idea era me voy para allá (EE.UU.) y me desaparezco de la televisión y cuando vuelva será ya actuando.

¿Cuándo se creyó a sí misma que podía ser actriz?
- Me sentí actriz cuando me gané mi primer papel en Estados Unidos porque en Colombia me iban a permitir lo que yo quisiera... pero venir acá y competir con las producciones más grandes después de habérsela luchado... Todos los papeles me los tuve que ganar por mérito y armé una hoja de vida, y en los últimos cinco años no he dejado de estar al aire aquí en televisión, ahí sentí que había hecho toda la transición.

¿Cómo es un día de su vida en Los Ángeles?
- Uno con hijos es cajero automático y chofer, arranca uno el día con el desayuno, llevándolos al colegio, en el día trato de que mi trabajo me quede en horas de las mañanas mientras que ellos están en el colegio.
Son 200 mil cosas, el mercado, entrevistas, generalmente tengo que preparar audiciones por dos veces por semana.
Hago pilates, me encanta bailar, en la noche no tengo tanto tiempo sola, pero si estoy sola me encanta que me hagan unos masajitos asiáticos que son sensacionales, y ya de resto son los planes de familia, nos encanta descubrir lugares nuevos, ir a chinatown, o a esquiar, tengo mil investigaciones en la cabeza que quiero hacer, estoy es educando a mis chinos.

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