La globalización no solo ha impactado en la economía, las comunicaciones y la política. La educación se ha convertido en un puente para miles de estudiantes colombianos que quieren vivir la experiencia de prepararse académicamente en el exterior, aprender de otras culturas y, en algunos casos, romper la barrera del idioma.
Según datos de Migración Colombia, 79.870 colombianos salieron del país para estudiar en 2017, la mayoría, 18.744 estudiantes, con destino a Estados Unidos. En 2018, hasta mayo, ya habían salido 34.365 compatriotas con destino a universidades internacionales. Estos números reflejan el interés de los colombianos por estudiar, aunque sea un periodo, fuera del país.
Si bien gran parte de estos estudiantes buscan realizar programas completos, un grupo significativo son estudiantes que viajan a través de convenios internacionales entre universidades colombianas e instituciones extranjeras. Érica Duncan Ortega, directora de internacionalización de la Universidad Tecnológica de Bolívar (UTB), explica que esta tendencia se debe a la necesidad que tienen los estudiantes de elevar su perfil profesional y desarrollar habilidades que, en parte, solo se logran cuando se vive esta experiencia.
“La movilidad internacional es una tendencia en la educación porque las universidades estamos buscando formar profesionales competitivos globalmente. Para esto hay que desarrollar unas competencias disciplinares, pero al mismo tiempo las llamadas ‘competencias profesionales del siglo XXI’ que, en gran parte, se logran con la internacionalización. Siendo un estudiante de una universidad colombiana, algunas opciones son los programas de intercambio, donde se cursa un semestre o un año en el exterior, o los programas de doble titulación con los que obtienes dos diplomas, uno en Colombia y otro internacional”, explica Duncan Ortega.
Los beneficios
Aunque a simple vista el primer beneficio, que también es la principal motivación de los estudiantes, es la opción de viajar a otro país, la internacionalización tiene un objetivo mucho más profundo que impacta en la formación académica y personal de toda persona. Según explica la directora de internacionalización de la UTB, estudiar en otro país ayuda a desarrollar las habilidades comunicativas, la seguridad, la curiosidad, la adaptabilidad, habilidades interculturales, comunicativas, lingüísticas, de liderazgo y de trabajo en equipo, entre otras.
“Hay muchos estudiantes que viven con los papás y cuando salen del país están obligados a asumir retos que antes les solucionaban en la casa. En muchos casos esta experiencia les cambia la vida, no solo crecen profesionalmente sino también como persona. Además, al viajar por otros países, llegan con una visión distinta del mundo y su realidad”, dice Duncan.
Pero la internacionalización no es solo salir del país. La experta de la UTB señala que las universidades nacionales también deben trabajar en brindarle esta experiencia, de cierta forma, a los estudiantes que no tienen la oportunidad de viajar. “Para tener egresados con competencias internacionales también traemos docentes y estudiantes extranjeros, gracias a los 110 convenios que tenemos, para que convivan con nuestros alumnos”, finalizó.
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