Algunos habitantes de Las Tejerías, en la zona central de Venezuela, recuerdan los gritos de la tragedia, mientras otros son incapaces de describir la noche del sábado, cuando esta pequeña ciudad fue arrasada por una quebrada desbordada, que se llevó a más de un centenar de personas, de las que, al menos, 25 murieron y más de 50 siguen desaparecidas.
Con el ocaso vino la lluvia y, así, bajo el resguardo de sus propias casas, los lugareños fueron presa fácil de la naturaleza que, con la fuerza del agua, desdibujó vecindarios y dejó decenas de casas tapiadas o soterradas, mientras vehículos y árboles se movían como si fueran de juguete en la noche apocalíptica.
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