El gobernador de Texas, Gregg Abbott, levantó este martes la orden a nivel estatal de llevar mascarilla para protegerse de la COVID-19, con lo que se convierte en el primer gran estado de EE.UU. en eliminarlo, pese a las advertencias de las autoridades médicas en medio de la pandemia.
En una rueda de prensa desde Lubbock (Texas), Abbott indicó que también a partir del próximo 10 de marzo todos los establecimientos podrán abrir sin ningún tipo de restricción.