Soy colombiano y me duele el corazón”

Selección Colombia

Selección Colombia. // EFE


CARLOS CABALLERO

Mar, 07/03/2018 - 20:03


Los colombianos también se tomaron el estadio Spartak de Moscú para apoyar a la selección Colombia en su deseo de llegar a los cuartos de final de la Copa Mundo que se celebra en Rusia.

Es costumbre, repetitivo, siempre pasa: la mancha amarilla definitivamente es protagonista a donde quiera que vaya, solo que esta vez al final, tras jugar Colombia un partido con carácter y decisión, la tristeza se adueñaría de los 37 mil hinchas que llegaron a esta cita.

Las apuestas para nada jugaban a nuestro favor. Inglaterra, los inventores del fútbol, llegaban en el papel con cierto favoritismo, pero en las gradas ya perdían 1-0 porque la fiesta se vestía de amarillo, azul y rojo, los colores que identifican a la Selección.

Alentar a Colombia, que no tendría a James Rodríguez (por lesión), fue la constante desde que los aficionados ingresaron a este hermoso escenario, que sería testigo de conocer el último finalista a los cuartos de final.

“El Tigre Falcaoooo, El Tigre Falcaoooo” era uno de los cánticos que más se escuchaban en las tribunas, en donde también gritaban emocionados: “Y ya lo ven, y ya lo ven, somos locales otra vez”.

Un marco espectacular, en un partido que tenía nerviosos a muchos colombianos, quienes a la vez tenían mucha fe de poder sacar este juego adelante.

Arrancó el partido y los jugadores de Colombia salieron a ponerle el pecho a la situación, sin miedo alguno el equipo de José Pékerman se le plantó a los ingleses, que apelaron a la fuerza para intentar intimidar a la tricolor.

Eso no se dio, pues en la primera mitad se jugó un mano a mano, con pierna fuerte y una lucha permanente de las dos selecciones por la posesión del balón. Los minutos pasaban y el marcador seguía 0-0, pero los colombianos no dejaban de cantarle a la tricolor y esperaban un segundo tiempo eficaz para Colombia.

Pero a los 53 minutos, Sánchez agarró a Kane en el área y el árbitro sancionó penal, que el mismo afectado hizo efectivo para el 1-0. Entonces, los 5 mil ingleses que aproximadamente asistieron al estadio celebraron a rabiar.

De ahí en adelante, los hinchas se comían las uñas de la tensión que reinaba en el campo de juego. Colombia se desesperaba y caía en la imprecisión mientras que los minutos pasaban e Inglaterra se salía con la suya.

El público empujó y empujó a Colombia, que despertó sobre los últimos 12 minutos para llegarle en varias ocasiones a Inglaterra.

Hasta que a los 93, en un tiro de esquina, Cuadrado levantó un centro, Yerry Mina se levantó y la metió de cabeza. Ese fue el tercer gol de la Copa Mundo y tal vez el más festejado por los hinchas colombianos, que se abrazaban como locos luego que el gigante de Guachené nuevamente apareciera como el salvador.

El juego necesitó de tiempo extra, eso hizo que fuera más emocionante, el público colombiano quería ver ganar a su Selección en los 30 minutos restantes, pero Colombia no pudo embocarla a la red contraria.

Los hinchas sufrieron uno que otro embate de Inglaterra hasta que llegó el pitazo final. Entonces, la lotería de los penales llegaría al Spartak de Moscú.

Y aquí todo fue felicidad cuando Ospina detuvo el disparo de Henderson, pero la tristeza llegaría cuando Mateus Uribe y Carlos Bacca fallaran sus penales e Inglaterra convirtiera los de ellos.

Se peleó y se luchó hasta el final. Muchos hinchas se fueron del escenario llorando, dolidos, pues su amada selección se iba del Mundial.

Uno de ellos, alto, flaco, de barba, a la salida gritaba como loco: “se le pudo ganar, se le pudo ganar en la cancha. Soy colombiano, me duele el corazón”.