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Arabia Saudí asegura que armas iraníes fueron empleadas en ataques a Aramco

El portavoz del Ministerio de Defensa saudí, Turki al Malki, también portavoz de la coalición militar liderada por el reino, ofreció hoy nuevos detalles sobre el ataque múltiple contra las plantas de petróleo.

EFE

18 de septiembre de 2019 05:39 PM

Arabia Saudí insistió hoy en que los ataques del pasado sábado contra dos plantas petrolíferas de la compañía estatal Aramco fueron efectuados con 18 drones y 7 misiles iraníes, una declaración que coincide con la llegada al país del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.

El portavoz del Ministerio de Defensa saudí, Turki al Malki, también portavoz de la coalición militar liderada por el reino, ofreció hoy nuevos detalles sobre el ataque múltiple contra las plantas de Abqaiq y Khurais, subrayando que “incuestionablemente estaba respaldado por Irán”.

Al Malki reveló en una rueda de prensa en Riad que 18 drones atacaron Abqaiq, la instalación más grande del reino, y 7 misiles de crucero fueron lanzados contra Khurais, pero sólo tres alcanzaron su objetivo.

Sin embargo, Al Malki evitó contestar a las reiteradas preguntas directas de los periodistas sobre si los proyectiles fueron lanzados desde Irán.

“Estamos trabajando para conocer exactamente el punto de lanzamiento de los drones y misiles, tenemos varias formas para identificar este punto, pero no podemos dar más información sobre esto”, dijo el portavoz.

Al Malki reiteró que el ataque se produjo desde el norte y no desde el Yemen, al sur del reino, tal y como habían reivindicado los rebeldes hutíes desde el primer momento atribuyéndose la autoría del ataque sorpresivo.

Para respaldar sus afirmaciones, destacó que el alcance de esos drones es de 1.200 kilómetros y el de los misiles de 700 kilómetros, por lo que consideró que “los misiles nunca podrían ser lanzados desde el Yemen”, como en otras ocasiones en el pasado.

Arabia Saudí ha sido blanco de decenas de ataques con drones y misiles que los hutíes lanzan en represalia por los bombardeos de la coalición militar capitaneada por Riad, que dio comienzo a una intervención militar en el Yemen en marzo de 2015 contra los insurgentes, a los que acusa de recibir apoyo de Irán.

Mientras tanto, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, llegó en la tarde del miércoles a Arabia Saudí para coordinar una respuesta a los ataques que él mismo y el presidente, Donald Trump, han atribuido a Teherán.

En declaraciones a la prensa que viaja con él, Pompeo dijo que el golpe múltiple contra las instalaciones de Aramco fue un “ataque iraní” y “no vino de los hutíes”, y que incluso si estos fueran los responsables, “eso no cambia las huellas de los ayatolás en haber puesto en riesgo el suministro global de energía”.

Los ataques provocaron la reducción de un 50 % en la producción de petróleo de Arabia Saudí, equivalente a un 5 % del suministro global, y Pompeo destacó que nadie puede ser absuelto de su responsabilidad por ese daño.

Sin embargo, el portavoz militar de los rebeldes hutíes, Yehia Sarea, volvió a asegurar hoy en Saná que el ataque fue obra de sus fuerzas y que fueron empleados drones de tipo Qasef de largo alcance y Samad 3, que tienen un alcance de entre 1.500 y 1.700 kilómetros.

Sarea agregó que esos aparatos ya habían sido usados en operaciones más allá de las fronteras yemeníes y detalló que algunos de los aparatos estaban equipados con “motores a reacción” y “bombas precisas”, que pueden pasar desapercibidos y alcanzar el blanco desde varios ángulos.

El portavoz amenazó con lanzar nuevos ataques contra Emiratos Árabes Unidos, el principal socio de Arabia Saudí en la coalición árabe, y aseguró que tienen en el punto de mira “decenas de blancos” en ese país, incluso en Dubái y Abu Dabi, que pueden ser atacados “en cualquier momento”.

Mientras, expertos de la ONU ya han puesto rumbo a Arabia Saudí para investigar los ataques, tal y como informó este miércoles el secretario general de la organización, António Guterres, quien explicó que el viaje de los especialistas fue solicitado por el Gobierno saudí y se produce en cumplimiento de una resolución del Consejo de Seguridad.

Guterres condenó de nuevo los ataques, que consideró una “escalada dramática”, y subrayó que calmar las tensiones en el golfo Pérsico es ahora mismo una prioridad.

“Tenemos que evitar condiciones que podrían llevar a una gran confrontación en el Golfo”, recalcó.

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