Wilmer Hernández.
Suiza.
En Lousana estamos afrontando la pandemia con medidas cada vez más drásticas del Gobierno, tanto del nacional como del cantón (equivale a un departamento en Colombia) y cambia muy rápido la situación. Hace tres semanas o un mes, o cuando empezó la epidemia en China, nunca nos imaginamos que íbamos a llegar al mismo nivel de restricciones y el Gobierno ha anunciado que prácticamente ahora sí está cerrado todo el comercio, excepto almacenes que venda víveres, comestibles, farmacias y lógicamente los hospitales. Aún no han restringido la circulación de las personas, pero han restringido completamente las aglomeraciones... más de cinco personas está prohibido y si se va uno a reunir con menos de cinco personas, debe respetar la distancia de dos metros. La gente está entendiendo, muchos pedían esas restricciones desde antes. Estamos tomando todo con una relativa calma, aunque hay algo de tensión y miedo en el ambiente. (Le puede interesar: Aumentan cuarentenas en el mundo para hacer frente al coronavirus)
Lo que más me impacta es la rapidez con la que todo cambia y que estemos frente a una situación en la que hace unas cuantas semanas o unos cuantos días no era imaginable... Llegar a un estado tal de limitación de la libertad en un país de Europa era inimaginable. La gente está preparada para unas semanas, si se prolonga por varios meses, ya es otro pánico el que me invade, porque no sé cómo la sociedad podría soportar estar varios meses en esta situación.
Ludwing Landazábal.
España.
Me encuentro en Pamplona, Navarra. El presidente español ha declarado el estado de alarma, lo que le da facultades al Gobierno central de controlar la movilidad, la salud y el racionamiento de comida y medicamentos. También se ha declarado el país en cuarentena, por lo tanto está prohibido salir de los hogares a excepción de ciertas necesidades básicas como las de ir al banco, al supermercado, a la farmacia o pasear a las mascotas. Asimismo, todas las clases, tanto a nivel universitario como a escolar, y los trabajos han quedado suspendidos. La movilidad dentro del país se ha reducido un 50% y el estado ha tomado el control de los hospitales y las clínicas privadas.
¿Qué es lo que más te ha impactado de la pandemia? Lo tarde que han reaccionado las autoridades. El estado español solo empezó a tomar medidas cuando en el país ya había 1.000 casos. (Lea aquí: España supera las 1.300 muertes por coronavirus)
¿Cómo la han asumido? La gente vive en constante incertidumbre. Días antes de anunciar el estado de alarma ya se habían agotado muchos productos básicos de la canasta familiar en los supermercados. Las cifras de nuevos contagiados han crecido exponencialmente en tan solo una semana, registrando actualmente 20.000 casos y posicionándose como el tercer país del mundo con más contagiados. Por el momento, no hay mucha esperanza de que la pandemia acabe pronto.
Andrés Ariza Baldovino
Italia.
En Milán, como en todo el país, estamos en aislamiento obligatorio, donde los únicos negocios que están abiertos son supermercados, farmacias y panaderías y fruterías. Se prohibieron los mercados locales. Se debe evitar salir a la calle y son solo pocos los motivos por los que se puede estar fuera es para pasear a perros o animales domésticos, hacer actividad física, salir a acompañar personas en estado de necesidad y trabajar. Lo que más me ha impactado de la pandemia es la velocidad con la que se expande y lo difícil que es de afrontar en cada país que llega. (Lea aquí: Italia suma 4.000 muertos por coronavirus)
Al inicio se pensaba que no era nada serio, que era poco más de una gripe, con el pasar de los casos se fue agravando la situación y ya no escuchabas a los taxistas comentar que se había dañado el negocio por una estupidez. Ahora todo el que puede está en casa y sale estrictamente por lo necesario. Aunque no falta la persona irresponsable que sale porque sí, y más de uno infectado ha sido sancionado por la Policía por deambular y regar el virus.
María Esther Romero.
Argentina.
“La vida cambió totalmente desde el domingo pasado. Los trabajadores tenemos licencias especiales por encima de los 60 años o con enfermedades crónicas. Hasta el martes próximo no habrá ningún tipo de transporte terrestre, marítimo ni aéreo. Se desalienta la circulación de cualquier tipo de vehículo. Cerrarán todo tipo de comercio, excepto los de alimentación y farmacias. Se suspendieron las clases en todos los niveles. Lentamente se abren aulas virtuales. Se está masificando el trabajo remoto desde el hogar. Se han cerrado las fronteras del país para extranjeros y también algunas provincias no permiten ingreso ni salida de sus habitantes. Las personas que incumplen el aislamiento obligatorio por haber estado en países con circulación del virus son perseguidas penalmente. Por ahora un solo instituto a nivel nacional realiza el test del coronavirus, pero en breve se multiplicarán centros en todo el país para establecer la cantidad de infectados con mayor alcance. (Vea: Argentina registra la primera muerte por coronavirus en América Latina)
Lo que más me ha impactado es la velocidad y agresividad de la transmisión del virus. Tengo la impresión de que el aislamiento social y físico que se ha impuesto no desaparecerá tan fácilmente.
¿Cómo han asumido las personas la pandemia?
En su gran mayoría con preocupación y sorpresa por la severidad y celeridad con que se han tomado las medidas. La principal preocupación es pensar en un contagio masivo con un sistema de salud endeble. En Argentina hace solo tres meses Salud volvió a tener rango de Ministerio porque el gobierno anterior lo había reducido a Secretaría.
Javier Hernández Feris.
Estados Unidos.
Iowa City, en el estado de Iowa, Estados Unidos, gira alrededor de la Universidad de Iowa. La primera medida que se tomó en este pueblo de menos de ochenta mil personas fue que todas las clases pasaran a ser en línea. Se cancelaron todos los eventos relacionados con la universidad, y la mayoría de los edificios universitarios —que ocupan gran parte del pueblo— quedaron cerrados. Hace unos días la gobernadora de Iowa declaró estado de emergencia, lo que significó que todos los bares y restaurantes que todavía seguían abiertos debían cerrar —ya varios habían cerrado, junto con cines y teatros—. Ahora mismo el pueblo está solo. Aunque no hay toque de queda, en las calles no hay nadie. La mayoría de los estudiantes, los que le daban vida al centro del pueblo con su bulla y su correndilla de un lado para otro, se fueron de vuelta a la casa de sus padres. Estamos en Spring Break, que es como la semana santa en Colombia, y las clases debían empezar de nuevo el próximo lunes, pero con lo de que el resto del semestre será en línea, aplazaron el inicio de clases hasta el 30 de marzo. Los estudiantes, antes de irse, estaban muy tranquilos respecto al virus; muchos decían que les preocupaba más perder sus trabajos, no saber dónde vivir porque los dormitorios cerrarían y no querían volver a casa de sus padres. El sentimiento general, de estudiantes y profesores, es de confusión, nadie sabe muy bien cómo funcionarán las clases por el resto del semestre. Hasta el viernes, hay 44 casos confirmados en todo el estado de Iowa. (Lea aquí: Estados Unidos empieza a probar en humanos vacuna contra coronavirus)
Samuel Reyes.
Panamá.
En Ciudad de Panamá, y en general en toda Panamá, diariamente se están entregando informes a través de conferencias de prensa donde enseñan las estadísticas del aumento e información de los trabajos por parte de las autoridades. Esto, acompañado de las redes sociales del gobierno, quienes van entregando comunicados de cada una de las medidas que se están tomando por el bien del país. (Vea: Panamá suspende vuelos con Europa y Asia para frenar avance de coronavirus)
Lo que más te ha impactado de la pandemia es la cantidad de muertes y personas enfermas o infectadas, en el caso de Panamá según las estadísticas, las personas con el virus son jóvenes pero los que realmente tienen un riesgo grande son los adultos mayores. Tomando en consideración que los casos van en aumento.
Esto provoca que la preocupación en el ámbito social, económico y psicológico de las personas del país. La preocupación, más allá de la enfermedad, es en perder empleos, que la comida se termine, las deudas en los bancos sigan esto está consumiendo el día a día de los panameños.
Javier Ballestas
Colombia.
Acá, en la isla de San Andrés, estamos afrontando la pandemia con un poco de temor. Se toman las directrices de los entes correspondientes, llámese Presidencia de la República, Ministerio de Salud, las calles están desoladas, poco tráfico, la gente está en sus casas, no hay clases. Nosotros, como docentes, estamos yendo a los colegios para hacer unas guías para que los niños estudien desde sus casas. Acá las personas no han sido indiferentes a la situación del mundo, aunque no hemos tenido ningún caso reportado en la ciudad, no están entrando vuelos internacionales ni buques. Estamos a la expectativa. El comercio está muy afectado. (Le puede interesar: Aumentan los casos de coronavirus en Colombia: hay 3 más en Cartagena)
Lee Sun Jo.
Corea del Sur.
Estoy en Siheung (ciudad cercana a la capital del país, Seúl) y nuestro Gobierno no está haciendo nada, solo los departamentos médicos y los doctores voluntarios están haciendo su trabajo correctamente. Me siento bastante seguro, me cuido bastante.
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