Un atacante suicida estalló ayer un auto cargado de explosivos cerca de una mezquita en un complejo policial en el noroeste de Pakistán y mató a 10 personas. Es el más reciente atentado de los extremistas del Talibán que libran una guerra contra el gobierno de Pakistán. El Talibán ha incrementado su campaña de violencia desde que el ejército de Pakistán inició una gran ofensiva a mediados de octubre en el enclave del grupo extremista en Waziristán del Sur, en la región tribal de Pakistán, un territorio anárquico cercano a la frontera con Afganistán. Los militares paquistaníes han lanzado varias operaciones masivas contra bastiones talibanos en el país. Estados Unidos ve con buenos ojos el esfuerzo pero ha instado al gobierno de Pakistán a expandir su lucha contra los milicianos que cruzan la frontera para atacar a los efectivos de la coalición en Afganistán. Asimismo han aumentado los ataques con misiles desde aviones no tripulados contra los milicianos en la zona fronteriza paquistaní. Un avión no tripulado supuestamente estadounidense disparó ayer tres proyectiles contra una casa en Waziristán del Norte donde mató a tres milicianos e hirió a dos, dijeron funcionarios de inteligencia hablando con la condición del anonimato por no estar autorizados a hablar con la prensa.
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