Dos bomberos fueron condenados a un año de prisión el miércoles en relación con el incendio de un club nocturno en 2013 en el que murieron más de 200 personas.
Ellos y otros seis bomberos estaban acusados de negligencia y falsificación de instrumentos públicos en relación con los documentos que autorizaban el funcionamiento del local.
La corte aceptó el argumento del fiscal Joel Dutra, de que se debían desestimar los cargos a los otros seis porque se habían visto "inducidos a error por normas poco claras que admitían diversas interpretaciones".
Los defensores de los dos condenados dijeron que apelarán.
En el incendio de enero de 2013 en el club nocturno Kiss de Santa María, Río Grande do Sul, murieron 242 jóvenes de ambos sexos, ahogados por el humo tóxico en un local carente de ventanas y salidas de emergencia. (Lea aquí: Incendio en discoteca de Brasil deja 232 muertos y más de 130 heridos)
La espuma aislante del techo se prendió en el atiborrado local cuando el vocalista principal de una banda de música country encendió una bengala como parte de un espectáculo ilegal de pirotecnia.
Los investigadores dijeron que la espuma encendida liberó cianuro, monóxido de carbono y dióxido de carbono, que mataron rápidamente a los asistentes a una fiesta universitaria. Decenas de cuerpos retorcidos quedaron apilados dentro del local, donde cientos de personas corrieron a ciegas hacia una hilera de cuatro puertas que servían a la vez de entrada y salida. Aparte de los muertos, 630 personas sufrieron lesiones.
Los dos dueños del club y dos miembros de la banda acusados de iniciar el incendio deben responder a cargos de homicidio, pero aguardan el juicio en libertad. De ser declarados culpables enfrentan hasta 30 años de prisión, pero la complejidad del sistema, que además admite numerosas apelaciones, significa que pueden pasar años antes de que un condenado vaya a prisión.
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