Rousseff, de 63 años, saludaba de forma entusiasta a las miles de personas que protegidas con paraguas asistieron al desfile inaugural de su mandato en la Explanada de los Ministerios.
El vehículo en el que se desplazaba Rousseff, era vigilado por seis agentes mujeres de la Policía Federal, por primera vez en una ceremonia de toma de posesión en Brasil.
Lula entrega banda
Luiz Inacio Lula da Silva entregó ayer a su heredera política, la presidenta Dilma Rousseff, la banda presidencial verde y amarilla, en el punto culminante de la ceremonia de traspaso de mando a las puertas del palacio de Planalto, ante miles de brasileños y autoridades invitadas.
Varios miles de brasileños, conglomerados en la Plaza de los Tres Poderes frente al Palacio, asistieron con vítores y ovaciones a la escena de despedida del más popular mandatario de Brasil y la ascensión al poder de la primera presidenta mujer de la nación suramericana. Subió a pie la rampa que conduce a la entrada principal del marmóreo y acristalado palacio, acompañada del vicepresidente Michel Temer, a las puertas del cual la esperaba Lula, quien poco antes había sido recibido con vítores y gritos de “Olé, Olé, olá, Lula, Lula”, tanto por las autoridades dentro del palacio como por las multitudes fuera.
Asumiendo compromisos
En su primera declaración tras ser investida, Rousseff citó como principal compromiso de su gobierno mejorar las condiciones de vida de los sectores más pobres, al tiempo que anunció una política externa que enfatizará las relaciones con los países latinoamericanos como socios del progreso económico y social de Brasil.
Su mensaje trazó un plan de gobierno de continuidad de los logros de Lula con la concreción de tareas que el ahora ex presidente dejó pendientes, como las reformas política y tributaria.
Tras su juramento presidencial, Rousseff trazó las grandes líneas de lo que será su gobierno, en el que el combate de la miseria, la mejora de la educación, salud y la seguridad emergieron como prioridad.
"Mi compromiso supremo es honrar a las mujeres, proteger a los más frágiles, y gobernar para todos", declaró la gobernante, ex ministra del gobierno de Lula durante más de siete años.
Insistió en que su gobierno mantendrá la estabilidad económica sin inflación, al tiempo que defendió la promoción de las exportaciones y el combate del proteccionismo de los países ricos.
"Vengo para consolidar la obra transformadora del presidente Lula, un presidente que cambió la forma de gobernar y llevó al pueblo brasileño a confiar en sí mismo y en su futuro", destacó.
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