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El libro digital no quiere sufrir a causa de la piratería

AFP

13 de octubre de 2011 07:30 AM

Los editores, preocupados por los daños ocasionados por la piratería en la industria musical, aprovechan la Feria del Libro de Fráncfort para alertar a los poderes públicos sobre este peligro que amenaza al libro digital. 
El mercado del libro electrónico “todavía es muy pequeño, y sin embargo la piratería en internet ya es considerable”, declaró Gottfried Honnefelder, director de la Federación Alemana del Comercio del Libro, durante la inauguración de la Feria de Fráncfort el pasado martes. 
El libro digital, que en 2010 tuvo una parte de mercado de 0,7%, sigue siendo muy minoritario en Alemania, así como en los otros países de Europa continental. Esto cambiará rápidamente con el auge de las tabletas electrónicas, como se constata ya en Estados Unidos y Gran Bretaña. 
Sin embargo, “en Alemania, 60% de los libros cargados en internet lo son ilegalmente”, dijo Honnefelder, agregando que quiere informar a las autoridades políticas, que según él “no hacen nada al respecto”. 
Esta constatación alarmista no es compartida por todos, aunque nadie cuestiona la realidad del peligro. 
La cifra de 60%, sacada de un estudio realizado por la federación del libro alemana, “parece muy improbable”, opinó Thomas Mosch, miembro de la dirección del Bitkom, la federación de las empresas tecnológicas alemanas. 
“Los lectores de libros electrónicos son sobre todo personas educadas, de edad media, con ingresos más bien elevados. No tienen el perfil del pirata”, explicó. 
De todas formas, estimar las pérdidas vinculadas a la piratería está lejos de ser una ciencia exacta, destacó Richard Mollet, responsable de la asociación de editores de Gran Bretaña, donde el libro electrónico ya representa 7% del mercado y tiene tasas de crecimiento de tres cifras. 
De acuerdo con sus informaciones, “todavía no hay un estudio preciso sobre los ingresos que escaparon a los editores debido a la piratería”. Esto sería difícil de llevar a cabo, “pues sería necesario preguntar a cada lector cuánto pagó por el libro descargado de internet ilegalmente”, destacó. 
En Estados Unidos, donde 20% de los libros se venden en forma electrónica, la piratería “no es un problema” para las obras literarias, sostuvo Claire Holloway, de la empresa norteamericana de servicios para los editores Bookmasters. 
Sin embargo, la piratería afecta considerablemente a “los libros académicos, los manuales”, obras más caras y que se utilizan poco tiempo, agregó Holloway, refiriéndose a las redes de estudiantes que cuelgan ilegalmente en línea contenidos protegidos. 
Ella sostiene que algunos de los libros cargados ilegalmente no existen en los circuitos legales de distribución en internet. “Si usted da a las personas una vía de acceso legal a los contenidos, lo utilizarán. La mayoría de la gente no quiere robar”, afirmó. 
La asociación de editores británicos hizo una constatación similar con un portal creado para permitir que sus miembros puedan rastrear sus contenidos pirateados en internet.
Este portal permite enviar una notificación señalando el carácter ilegal del “préstamo” y exigiendo que se retire el contenido. “Es sorprendente, 86% de la gente lo hace inmediatamente”, destacó Mollet.

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