El Papa hace su primer nombramiento a la curia

José Rodríguez, que también fue nombrado arzobispo, reemplaza al arzobispo estadounidense Joseph Tobin, que fue transferido desde ese alto cargo en la Santa Sede a una arquidiócesis estadounidense en consonancia con sus esfuerzos por mediar en las tensiones entre el Vaticano y las monjas estadounidenses, quienes a los ojos de los teólogos conservadores se han secularizado y politizado en exceso.
Rodríguez, de 60 años, proviene del mundo de las órdenes religiosas, como Francisco, que es jesuita. El arzobispo español tiene buena reputación entre las órdenes y el año pasado fue elegido presidente de una asociación internacional que reúne a los titulares de las órdenes masculinas. Dos veces fue escogido director de la orden de frailes menores de los franciscanos, una de las ramas principales de la orden fundada por San Francisco de Asís.
Las monjas estadounidenses han visto la elección de un papa jesuita dedicado a los pobres como un rayo de esperanza tras las medidas correctivas que les aplicó el predecesor de Francisco, Benedicto XVI. Las religiosas fueron acusadas de concentrarse demasiado en la justicia social _una de las prioridades de Francisco_ a expensas de otros destacados asuntos eclesiásticos, como el rechazo al aborto.
Tobin, predecesor de Rodríguez, es ahora arzobispo de Indianápolis, que tiene menos de 230.000 feligreses.
Una de las tareas importantes que enfrenta Francisco es la reforma de la curia _la administración del Vaticano_ que decide todo, desde las designaciones de obispos y la liturgia hasta el cierre de parroquias y castigos para los sacerdotes abusivos.
Benedicto XVI encargó un informe sobre la curia al que sólo puede tener acceso el papa, luego de escándalos como el robo de documentos papales por parte de su mayordomo, lo que dejó entrever rencillas, corrupción y amiguismo a los más altos niveles de la administración vaticana.