GEORGE BARVA
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
Una de las tantas historias cómicas y simpáticas con las que se ha topado el periódico EL UNIVERSAL en el cubrimiento de estos vuelos comerciales con fines humanitarios, fue que en el vuelo que cubría la ruta Los Ángeles/Bogotá iba un pasajero infiltrado, en la aeronave, operada por la aerolínea Avianca. Iba un polizonte de cuatro patas.
Ese pasajero infiltrado, el número resultó ser el pasajero 251, un gato de raza Tabi, el cual también resultó afectado por el cierre de fronteras, y solamente hasta ayer pudo regresar con su familia a la capital del país.
Este minino de color naranja con dorado y blanco, fue la sensación en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles y durante el vuelo, pues sorprendió a todos los pasajeros por su buen comportamiento y su tierno ronroneo.
“Todos tenían que ver con el gatico, juicioso y silencioso, iba en su compartimento, lamiéndose las patas, es hermoso”, dijo Luz Esmeralda Castillo, una de las pasajeras del vuelo humanitario.
Definitivamente, el nombre más recordado de los vuelos humanitarios, que han partido de los Estados Unidos hacia Colombia, es el nombre del gato Oliver, como se llama este felino, de tres años, quien disfruta de volver a casa, de volver a Colombia y estar con su familia completa de nuevo.
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