El gobierno de Australia está luchando contra una amenaza silenciosa que, aunque parezca absurdo, ahora se esconde en el interior de las frutas. Personas malintencionadas, que aún no han sido identificadas, han incrustado agujas delgadas al interior de fresas y estas han llegado a los consumidores.
Ya son seis los estados australianos que han reportado al menos un caso en el que se han encontrado agujas dentro de las frutas. El primer reporte se dio en Queensland, pero desde la semana pasada han salido a relucir más reportes en Victoria, Tasmania, Nueva Gales del Sur, Australia Meridional y el Territorio de la Capital Australiana.
Un hombre tuvo que ser atendido en un hospital después de que se comió una de esas frutas. Por eso, una de las recomendaciones del gobierno australiano y de la Asociación de Agricultores de Fresas de Queensland es que las personas corten las fresas por la mitad como medida preventiva.
Según esa misma asociación, el acto malintencionado pudo haberse producido entre el proceso de empaque y compra de las canastas de fresas.
Las autoridades de ese país investigan el origen de esta amenaza que se ha presentado en las frutas de seis marcas diferentes y sus canastas están siendo retiradas de las estanterías en los supermercados.
El Ministro de Salud de Australia, Greg Hunt, ha descrito el ataque como “un crimen vil y un ataque generalizado al público”. Aún no se tiene en la mira a ningún sospechoso, pero el gobierno de Queensland ofrece una recompensa de $72.000 dólares por encontrar al responsable.
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