Investigadores espaciales rusos simulan aterrizaje en Marte

Tras permanecer encerrados 257 días en una cápsula de acero sin ventanas, seis investigadores que participan en una misión simulada a Marte abandonaron hoy lunes su reducido habitáculo enfundados en pesados trajes espaciales y caminaron por una habitación cubierta de arena para colocar banderas en un planeta rojo simulado. 
La tripulación, compuesta por un italiano-colombiano, un francés, un chino y tres rusos, entró en una cadena de módulos en un centro de investigación de Moscú en junio para emular un viaje de 520 días a Marte y ver cómo encaran la falta de espacio y el aislamiento propios de un viaje espacial, aunque sin la ingravidez. 
Varios de los participantes se enfundaron en trajes de 30 kilos de peso para ensayar el aterrizaje en una cápsula vecina. Colocaron banderas de Rusia, China y la Agencia Espacial Europea. 
“Todos los sistemas han funcionado normalmente. La tripulación se siente bien”, dijo Vitaly Davydov, subdirector de la agencia espacial rusa. 
Los sicólogos sostienen que el prolongado confinamiento fomentaría la tensión en los miembros del equipo a medida que se cansan de su compañía. Las condiciones sicológicas pueden ser incluso más difíciles en un ensayo que en una misión real, ya que la tripulación no experimentará la euforia o los peligros del viaje espacial. 
Davydov dijo que el experimento es una parte importante de los preparativos para un vuelo a Marte y pronosticó que la misión real podría ocurrir en unos 20 años, aunque solamente mediante la cooperación internacional. 
Martin Zell, funcionario de la Agencia Espacial Europea que supervisa el experimento, dijo que la misión fue “un valioso activo para futuras empresas de la humanidad en el espacio, para su ambición de viajar finalmente al planeta rojo”. 
La instalación, situada en las afueras de Moscú, incluye habitáculos del tamaño de un autobús conectados a otros módulos para realizar experimentos y ejercicios. El video del aterrizaje fue transmitido a una gran pantalla en el Centro de Control ruso en Korolyov, en las afueras de la capital. 
Los organizadores dijeron que el experimento podría haber sido interrumpido por razones médicas o técnicas, o si alguno de los participantes pide su cese. 
Hasta ahora la tripulación se ha adoptado bien. “Tras un par de semanas fueron realmente un equipo, aunque tuvieran sus más y sus menos a nivel personal”, dijo Zell a The Associated Press.