En tiempos de crisis florece lo mejor del ser humano y esa no es la excepción en estos momentos en los que el mundo enfrenta la pandemia COVID-19, la cual ha infectado a más de un millón de personas.
Aquí en San Francisco, California, Estados Unidos, hay un italiano americano con alma y corazón latino, quien trabaja sin descanso ayudando a los cuerpos médicos de la ciudad, organizaciones sin ánimo de lucro y habitantes de calle dándoles que comer en tiempo de dificultad.
Mientras otros restaurantes están cerrados o trabajando a mínima marcha, en la pequeña Italia, en North Beach, Francesco Covucci, socio y dueño de IL Casaro y otros 3 restaurantes más, supervisa personalmente que las pizzas lleguen al personal médico de diferentes hospitales en estos momentos, donde prima el toque de queda obligatorio y el distanciamiento social. En total entrega gratuitamente 25 pizzas diarias, unas 175 por semana.
“Nuestros superhéroes silenciosos son los médicos y enfermeros, y todo el personal que labora en el sector salud para combatir el coronavirus; tenemos que apoyarlos al 110 por ciento”, dijo Francesco Covucci, quien trabaja en el mundo de los restaurantes desde hace 20 años.
Señaló que “la idea es alimentar a las personas necesitadas, estamos juntos en esto, donar, tomar y dar”.
Covucci, quien nació en Italia, en la región de Calabria, asegura sentirse un latino más, pues admira la esencia de la raza latina; su empuje y a demás que en tiempos difíciles y de crisis salen adelante unidos ayudándose los unos, a los otros.
“Me enorgullece trabajar con la raza latina, sus ganas y la pasión por todo lo que hacen es admirable. El 90 por ciento del personal de nuestros rest son latinos mexicanos, hondureños, nicaragüenses, colombianos, venezolanos, entre otros”, aseguró.
Pero la llama latina de Francesco, de 39 años, también se debe a su esposa Mónica Leyva-Covucci, quien es de orígenes mexicanos y lo apoya en esta loable labor.
“Él (Francesco Covucci) tiene un corazón noble y enorme, y como esposos y socios buscamos la forma de apoyar a las organizaciones que realmente lo necesitan”, dijo Mónica Leyva-Covucci.
Por su parte Mary Cartier, enfermera de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Universitario de SanFrancisco (UCSF Medical Center), dijo que “esta es una ayuda inimaginable en estos tiempos, estamos totalmente agradecidos pues nuestro personal médico no puede salir, está 24/7 pendiente de los pacientes y evolución de la pandemia”.
Igualmente Nick Weber, uno de los voceros de la organización Food Funners, aseguró que IL Casaro se suma a la lista de 400 restaurantes en California que donan su comida a quienes más lo necesitan como habitantes de calle o refugios de ancianos u hogares de paso.
“Una vez nos llamó Francesco (Covucci) fuimos inmediatamente, debido a que muchos restaurantes han cerrado y él no dudó en donar para quienes en estos momentos no tienen nada de comer, recogemos la comida lunes, miércoles y viernes” comentó
Mientras la pandemia avanza y sigue contagiando a miles de personas en el mundo, al igual que la economía sigue devastada, y aún no se detiene, y no hay dinero para comprar. Hay personas como Francesco Covucci, un italiano americano con alma y corazón latino dispuesto ayudar a quien más lo necesita.
Comentarios ()