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La ONU analiza el riesgo de una inminente guerra civil en Birmania

La enviada especial de Naciones Unidas pide al Consejo de Seguridad actuar de forma significativa para evitar “un baño de sangre”.

DEUTSCHE WELLE

31 de marzo de 2021 05:03 PM

La enviada especial de la ONU a Birmania (Myanmar), Christine Schraner Burgener, ha advertido este miércoles contra un posible “baño de sangre inminente” en Birmania por parte del Ejército golpista y ha pedido al Consejo de Seguridad que considere “acciones significativas que puedan revertir el curso de los acontecimientos” en este país asiático.

“Cuando miremos atrás dentro de diez años, ¿Cómo juzgará la historia esta inacción? Espero que ustedes puedan actuar mientras aún hay tiempo para evitar el peor de los resultados”, dijo Schraner en su discurso, filtrado a la prensa, ante los miembros del máximo órgano de la ONU en una reunión a puerta cerrada.

En su exposición, Schraner dibujó un panorama extremadamente sombrío de la situación en el país, donde la represión de las fuerzas de seguridad ya ha matado a más de 520 civiles. “Todo el país está a punto de convertirse en un estado fallido”, dijo la representante de Naciones Unidas, que también mostró su temor a que “debido a que la crueldad militar es tan severa, las guerrillas étnicas birmanas podrían tomar una postura clara de oposición, incrementando la posibilidad de una guerra civil a una escala sin precedentes”.

Ultimátum de las guerrillas armadas

El Ejército de Arakan, el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang y el Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar firmaron un comunicado conjunto este martes en el que advirtieron al Ejército birmano de que si no detiene sus acciones violentas defenderán y colaborarán con el movimiento de protesta civil contra la junta militar.

Ante esta situación, la representante de la ONU insistió en la necesidad de una mediación, pero subrayó que los militares han cerrado la puerta al diálogo a la mayor parte del mundo en lo que, según Schraner, parece indicar que “los militares sólo se involucrarán (en una mediación) cuando sientan que pueden contener la situación mediante la represión y el terror”.

“Permaneceré abierta al diálogo y continuaré señalando esto, pero si simplemente esperamos a cuando estén listos para hablar, la situación en el terreno solo empeorará. Un baño de sangre es inminente”, dijo antes de pedir que no se dé “legitimidad a su gobierno” ni se reconozcan los intentos de los militares de crear una fachada de que todo sigue igual”.

China y Rusia, que tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad, figuran entre los Estados miembros que hasta ahora han preferido no denunciar el golpe de Estado del 1 de febrero en Birmania. Hoy mismo el portavoz del Departamento de Estado estadounidense Ned Price ha pedido a China que use su influencia para controlar la situación, añadiendo que la violencia en el país no va en el interés de Pekín.

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