El exconfidente de Bradley Manning reconoció el martes, en el segundo día de audiencias de su juicio en Estados Unidos, el carácter frágil del joven soldado, que buscaba su identidad sexual, motivado por la búsqueda de la verdad cuando divulgó miles de documentos militares secretos.
Acusado en particular de “colusión con el enemigo”, en este caso Al Qaida, Manning, quien comparece ante una corte marcial, corre el riesgo de ser condenado a cadena perpetua.
Testificando en la base militar de Fort Meade (Maryland), Adrian Lamo, al que Manning le realizó confidencias en línea, afirmó que terminó contactando a las fuerzas de seguridad porque estaba preocupado por la vida de su joven interlocutor.
Interrogado por el abogado defensor David Coombs, Lamo, un pirata informático que apoya las causas de los homosexuales, dijo que estaba de acuerdo con el carácter y el estado emocional de Manning descritos por el abogado. También confirmó el contenido de las conversaciones electrónicas dado a conocer por Coombs.
“¿Le dijo a usted que siempre estuvo buscando la verdad?”, preguntó el abogado. “Es algo que efectivamente sentí, sí”, respondió Lamo.
“¿Le preguntó qué haría usted si esas informaciones horribles que no son del dominio público cayeran en sus manos?”; “¿Le dijo que quería hacer públicas esas informaciones?”; “¿Le parecía importante que se divulgaran?”; “¿Quería que la gente conociera la verdad?”. Adrian Lamo respondió con un “sí” a todas las interrogantes.
El testigo había dicho antes al fiscal que había “chateado” con Manning, alias “bradass87”, desde el 20 de mayo de 2010 hasta la detención del soldado el 26 de mayo de 2010.
Reconoció que probablemente fue contactado por el acusado porque él era simpatizante de la Liga de Defensa de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (LGBT) y conocido como “un gran pirata informático”. Lamo fue detenido y condenado por “acceso no autorizado a ordenadores” en 2004. También admitió que probablemente Manning se interesó en él porque había suministrado informaciones a WikiLeaks.
“Joven, ingenuo y estúpido”
El testigo reconoció ante el fiscal militar Ashden Fein que “Manning había admitido conocer a Julian Assange”, el fundador de WikiLeaks, a quien el gobierno se esfuerza en involucrar por complicidad en este caso de fuga de informaciones.
Pero Lamo, cuyas revelaciones al FBI de Sacramento (California, oeste), donde residía, condujeron a la detención del joven Manning, entonces de 22 años, se limitó a responder con un discreto “sí” cuando Coombs le preguntó sobre el estado emocional de su cliente.
“Sí”, Manning se entregó a él, debido a que necesitaba “ayuda de alguien de confianza” en esa base estadounidense en Irak donde “se sentía desesperado”, como “una alma quebrada”, “paralizado por el miedo”, “emocionalmente roto”, entregado “a un combate interior a causa de su problema de identidad sexual”.
“Sí, decía que no era valiente, sino débil”, que era “joven, ingenuo y estúpido”, que “sus sentimientos eran demasiado idealistas”, pero que “se preocupaba por las personas”, que se “preocupaba por la vida humana”, agregó el testigo.
El acusado, siempre según Coombs, le habría dicho que estaba afectado de constatar que “la primera potencia mundial explotaba a un país del Tercer Mundo” y que “en cualquier parte donde hubiera una representación norteamericana, había un escándalo diplomático”.
Y cuando el testigo, que reconoció sufrir el síndrome de Asperger, una forma de autismo, le preguntó a su confidente “por qué no le vendía todo eso a Rusia o China”, Manning le respondió que “esas informaciones eran de dominio público”, según palabras del abogado defensor confirmadas por Lamo.
Lamo, cuyos ordenadores fueron incautados por los investigadores, aseguró que su amigo no había dicho “una sola palabra contra Estados Unidos” ni sobre su “deseo de ayudar al enemigo”.
Al comienzo de las audiencias el lunes, el gobierno estadounidense se esforzó en demostrar que Manning había puesto decenas de miles de documentos ultrasensibles “en manos del enemigo”.
En un comunicado difundido el martes en la página de Wikileaks, Julian Assange, refugiado desde el año pasado en la embajada ecuatoriana en Londres, denunció el “juicio espectáculo” contra Manning.
“No es justicia. Nunca puede tratarse de justicia. El fallo es conocido desde hace largo tiempo”, estimó. “Cuando el hecho de comunicarse con la prensa se transforma en una acusación de 'ayuda al enemigo', la 'información de los pueblos' es convertida en criminal”, agregó.
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Manning, un ser frágil que buscaba la verdad, según su antiguo confidente
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