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Más de 130 presos se fugan en dos días de cárceles hacinadas de Brasil

AFP

27 de noviembre de 2011 02:55 PM

Más de 130 presos se fugaron entre viernes y domingo de dos cárceles del estado de Bahía, en el noreste de Brasil, en acciones separadas que alertan sobre el hacinamiento de las prisiones y la lentitud en los procesos judiciales. 
Un primer grupo de 82 detenidos se escapó la noche del viernes de un complejo policial de la ciudad de Barreiras, en Bahía, según autoridades. 
Los prisioneros -diez de los cuales fueron recapturados- alcanzaron la calle por un hueco abierto en el techo de una de las cárceles, señaló a la prensa José Rezende, delegado policial. 
Los hombres se evadieron de un lugar con capacidad para apenas 28 internos, pero en la que estaban hacinados unos 170, según fuentes oficiales citadas por la prensa. 
Este domingo, otros 52 presos se fugaron un complejo policial en Salvador de Bahía, capital del estado, tras agredir a dos uniformados y un empleado cuando les llevaban el desayuno. 
“Uno de los policías fue desarmado violentamente y quedó con la clavícula dislocada. El otro agente no llevaba armas”, dijo a la AFP un funcionario de la delegación que prefirió no ser identificado. 
La policía anunció la recaptura de 15 de los detenidos. 
En total fueron 134 presos -109 todavía prófugos- que lograron escapar en dos días, la mayoría de ellos acusados de robo, asalto violento y tráfico de drogas. 
“Sólo en Bahía hay una sobrepoblación de 5.000 presos, muchos de ellos esperan en las delegaciones policiales un fallo de la justicia. La espera es larga”, dijo a la AFP una autoridad del estado de Bahía bajo condición de anonimato. 
Con una población de más 190 millones de habitantes, Brasil registra unos 475.00O detenidos, de los cuales el 43% corresponde a personas con prisión provisional que no han recibido sentencia, según el Consejo Nacional de Justicia (CNJ). 
El organismo dispuso la excarcelación de 21.000 personas en los dos últimos años, al comprobar que estaban detenidas irregularmente, una gran parte de ellas con sus condenas vencidas, según Cezar Peluso, presidente del CNJ y del Supremo Tribunal Federal. 
El CNJ inspeccionó cárceles de casi todos los estados brasileños y revisó más de 279.000 procesos desde 2010. 
En el marco de esa iniciativa, el Consejo encontró “problemas que van más allá de la falta de control de penas, como sobrepoblación, situaciones de tortura, pésimas condiciones de higiene y precariedad física de las instalaciones”, agregó en un comunicado. 
Además de las liberaciones, la justicia concedió más de 41.000 beneficios carcelarios como reducción de penas y liberaciones condicionales, señaló el CNJ. 
El organismo activará a partir de enero una base de datos en internet para ejercer un mayor control sobre el cumplimiento de las penas.

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