Una unidad especializada de la Organización de Estados Americanos (OEA) abogó el viernes por la creación de una tarjeta regional para migrantes venezolanos que facilite su tránsito por distintos países de la región.
También instó a los países miembros del organismo a que otorguen estatus de refugiados a quienes salen a diario de Venezuela para escapar de la crisis económica y política.
“Esto es una migración forzosa”, dijo David Smolansky, coordinador del grupo de trabajo para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos de la OEA.
Sosteniendo una imagen de la primera página de un periódico de hace 40 años que menciona cómo Venezuela recibía en ese entonces a millones de migrantes, Smolansky instó a los integrantes de la OEA a hacer más por los venezolanos que actualmente salen de su país en condiciones difíciles, y que en algunas ocasiones cruzan varios territorios a pie para llegar a su destino.
“¿Qué tan desesperada tiene que estar una madre para caminar con su hijo miles de kilómetros a una ciudad que los acoja?”, se preguntó.
Las propuestas del grupo de trabajo se hacen en el marco de la 49na Asamblea General de la OEA, que se lleva cabo en la ciudad colombiana de Medellín.
En un informe presentado el viernes ante los países miembros, Smolansky recordó que actualmente hay más de cuatro millones de venezolanos que han salido de su tierra para evadir la hiperinflación, la escasez de medicinas, las altas tasas de crimen y la represión política.
El político venezolano, que salió de su país en 2017 para evadir una orden de captura emitida por el gobierno de Nicolás Maduro, dijo que si la crisis de Venezuela persiste, el número de migrantes podría aumentar a ocho millones para finales de 2020.
Durante la asamblea general los países miembros también abordaron el tema de Venezuela mediante una resolución que insta al país sudamericano a realizar elecciones libres, justas y transparentes “lo más pronto posible”.
El documento, denominado “La situación de Venezuela y la crisis de migrantes venezolanos”, fue aprobado en la asamblea por 20 de los 34 estados miembros de la organización regional.
La resolución también acepta a los diplomáticos nombrados por el líder opositor venezolano Juan Guaidó como los legítimos representantes de Venezuela ante la OEA, “hasta que se celebren nuevas elecciones” en el país sudamericano. Los diplomáticos nombrados por Maduro ya se habían retirado de la organización en abril.
La OEA declaró el año pasado que la relección de Maduro fue ilegítima y rompió con el orden constitucional del país, ya que se prohibió la participación de varios líderes opositores.
Desde entonces, la organización regional ha liderado varios esfuerzos diplomáticos para presionar a Maduro a renunciar a su cargo y permitir que se celebren nuevas elecciones.
Durante la asamblea la delegación de Colombia también intentó introducir una resolución que llama a los países de la región a otorgar estatus de protección a las miles de personas que salen a diario de Venezuela, pero el proyecto fue descartado.
En los últimos meses algunos países de la región han tomado medidas para que sea más difícil que migrantes venezolanos entren a sus territorios, incluyendo Perú y Chile, que en junio empezaron a exigir visas a ciudadanos venezolanos.
El grupo de trabajo sobre migración venezolana fue creado en 2018 por la OEA con el fin de investigar los impactos del éxodo venezolano por la región y proponer soluciones para salvaguardar los derechos de los viajeros.
En su primer informe ante la Asamblea General, el grupo señaló que el año pasado murieron 101 venezolanos tratando de dejar su país por vía terrestre o marítima. El informe también hace un llamamiento a incrementar la ayuda para atender a migrantes venezolanos y los países que los acogen.
Según Dany Bahar, un economista venezolano que participó en la elaboración del documento, la comunidad internacional ha invertido unos 400 millones de dólares hasta el momento para apoyar a migrantes venezolanos.
Bahar argumentó que eso es una suma pequeña en comparación a la atención que se le ha dado a otras crisis de refugiados en el mundo, como la de los sirios, en las que agencias de cooperación internacional han invertido más de 33 mil millones de dólares.
En tanto, El Salvador, que en el pasado fue un aliado incondicional del régimen venezolano, confirmó que no reconoce al gobierno de Venezuela encabezado por Maduro.
En su participación en la Asamblea General, la canciller salvadoreña Alexandra Hill Tinoco afirmó que El Salvador está de lado de la democracia y del lado correcto de la historia y “por ello desea dejar patente en esta oportunidad, de la forma más enérgica, clara y tajante su condena al régimen de Maduro al cual El Salvador no reconoce como el legítimo gobierno de Venezuela”.
La canciller salvadoreña también expresó su preocupación por la situación en Nicaragua y llamó a redoblar los esfuerzos por “un diálogo efectivo y de buena fe, acelerando la consecución de acuerdos sustantivos y el pleno cumplimiento de los compromisos alcanzados”.
Al respecto, la OEA aprobó con 20 votos una resolución sobre Nicaragua, en la que pide al gobierno de ese país centroamericano que permita el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Cientos de personas han muerto en Nicaragua el último año durante protestas antigubernamentales que han sido reprimidas por fuerzas de orden público y grupos paramilitares. Además, solicitó al gobierno que retome negociaciones con la oposición.
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