Más de 800 personas murieron en Irak en hechos violentos durante agosto, informó Naciones Unidas el domingo. El número es inferior al de julio pero sigue siendo una de las cifras mensuales más elevadas en años recientes.
La violencia en Irak se ha acrecentado después de una cruenta represión del gobierno controlado por los chiíes contra un campamento de protesta de suníes en el norte del país en abril.
Los atentados incluyen una oleada de múltiples ataques coordinados con coches bomba, de los cuales se ha responsabilizado a un grupo vinculado a al-Qaida, contra militares, policías y civiles chiíes. La escala de los cruentos ataques ha acentuado los temores de que la situación en Irak represente un regreso a matanzas sectarias generalizadas entre suníes y chiíes que alcanzaron su punto máximo entre 2006 y 2007. Las fuerzas de seguridad han tratado de responder con operaciones contra la insurgencia, pero no parecen haber hecho mella en el ritmo de los ataques.
La misión de Naciones Unidas en Irak indicó que tenía el registro de 804 muertos en agosto, entre ellos miembros de las fuerzas de seguridad de Irak pero no insurgentes. La capital, Bagdad, es el área más afectada del país, con 317 muertos.
El reporte señala que de los 716 muertos en agosto eran civiles y 88 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes. La cifra de la ONU es menor del balance de muertos de julio, cuando hubo 1.057 víctimas.
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