Papa anuncia regreso de Jornada de la Juventud a Sudamérica

El papa Benedicto XVI clausuró hoy domingo la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid con una multitudinaria eucaristía en la que recordó a los peregrinos que no se puede seguir a Jesús fuera de la Iglesia y anunció el regreso a Sudamérica de esta enorme reunión de jóvenes católicos del mundo. 
Tras la tormenta que arruinó gran parte de la vigilia del día anterior y que dejó siete heridos, el sol volvió a lucir con fuerza en el aeródromo de Cuatro Vientos. Los fieles, más de un millón según los organizadores, aclamaron al pontífice a su llegada en el papamóvil para oficiar la misa que puso punto final a su visita de cuatro días al país ibérico. 
En la homilía, el Papa hizo una defensa de la Iglesia muy criticada en los últimos años por escándalos de pederastia y abusos como parte indivisible de la fe en Cristo y advirtió que no se puede seguir a Jesús en solitario. 
“No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir por su cuenta o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo”, dijo el Papa. 
“Tener fe es apoyarse en la fe de tus hermanos y que tu fe sirva igualmente de apoyo para la de otros. Os pido que améis a la Iglesia”, agregó. 
Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, también asistieron a la ceremonia. 
Benedicto XVI anunció que Río de Janeiro tomará el relevo de Madrid en el 2013, un año antes de lo previsto para evitar que coincida con el Mundial de fútbol a disputarse en esa ciudad brasileña en el 2014. 
Será la segunda vez en 27 ediciones que este evento se celebra en el continente latinoamericano, que concentra al mayor número de católicos del mundo. La anterior Jornada en tierras sudamericanas tuvo lugar en Buenos Aires, Argentina, en 1987. 
“Pidamos al Señor que asista desde este instante con su fuerza, que allane el camino a los jóvenes de todo el mundo para que vuelvan a reunirse nuevamente con el Papa en esa bella ciudad brasileña”, señaló Benedicto XVI. 
Simbólicamente, un grupo de brasileños recogió la cruz de las Jornadas, un regalo del fallecido papa Juan Pablo II a los jóvenes. La organización de este gran encuentro confirma cuatro años históricos que pondrán los ojos del mundo en Brasil: la Jornada Mundial de la Juventud en el 2013, la Copa del Mundo de fútbol en el 2014; la Copa América de fútbol en el 2015, y los Juegos Olímpicos en el 2016. 
“La Jornada en Brasil puede aportar gran visibilidad social”, dijo feliz Rogerio Moreira, un brasileño de 35 años. “Es una oportunidad para todos los pueblos latinoamericanos de vivir el catolicismo con el Papa y de conocer otros pueblos”. 
“Estoy ansiosa, feliz y agradecida de recibir a todos los jóvenes del mundo en nuestro país. Si aquí hay dos millones de jóvenes, espero que allí vayan todavía más y lo disfruten”, agregó Larissa Craveiro, de 29 años. 
A pesar del aguacero del viernes, la mayoría de jóvenes durmió en la enorme explanada de Cuatro Vientos, a las afueras de Madrid, una superficie equivalente a 50 campos de fútbol y sin refugios de sombra. 
La tormenta destrozó algunas carpas instaladas en el aeródromo, y miles de peregrinos no pudieron recibir la comunión al dañarse las sagradas formas. 
Pero ni el calor ni la tormenta derribaron el espíritu de los jóvenes. Incluso la organización se vio obligada a permitir la entrada de más peregrinos. Como si fuera un gran festival de música, pasaron la noche en el aeródromo, rezando y durmiendo al raso en sacos de dormir. 
“La noche ha sido increíble”, explicó Adrinna Wista, una peregrina polaca de 21 años. “Estuvimos hablando, conociendo gente de todos los países y rezando con ellos. Increíble”. 
“El suelo era como rocoso y dormir ha sido bastante difícil”, señaló Cristina Velasquez, una venezolana de 29 años. “Las palabras del Papa me han hecho sentir orgullosa de este sacrificio que hicimos por él y por Cristo”. 
Antes de regresar a Roma, el Papa tiene previsto reunirse con los 30.000 voluntarios que han colaborado en el evento. 
En la tercera visita del Papa a España, que convierte al país ibérico en el más visitado en sus seis años de pontificado, Benedicto XVI ha incidido en contra del relativismo moral y en recuperar las raíces cristianas de Europa. 
El viaje transcurrió sin grandes incidentes, a pesar de algunos enfrentamientos entre la policía y grupos de jóvenes descontentos por el gasto que suponía esta Jornada en tiempos de crisis económica como los que vive España. 
Lo organización dijo que se invirtieron 50 millones de euros (72 millones de dólares) financiados entre los peregrinos, donativos y empresas patrocinadoras.