Frankline Ndifor, un pastor de 39 años, tenía la plena convicción de que sus “dotes espirituales” curarían del coronavirus a los contagiados en Camerún, país de África central, de donde era oriundo.
Desde ese momento, Ndifor se comprometió a sanar a sus feligreses en la iglesia Kingship Internacional donde predicaba. Tanto así que era una locura la cantidad de personas que se aglomeraban para que el pastor los curara, muchos contagiados de Covid-19 que tuvieron contacto con los que estaban sanos. Sin embargo, y pese a tener la voluntad de ayudar al prójimo, sus prácticas hicieron que el pastor se enfermara causándole la muerte. (Le puede interesar: Crean en Brasil un test genético para detectar COVID-19 sin falsos negativos).
Intentaron revivirlo
De un día para otro, la ausencia del predicador ocupó un vacío entre sus esperanzados seguidores, y las mismas autoridades confirmaron que Franklin falleció por la pandemia, de la que ni él mismo se pudo curar.
La policía de Camerún tuvo que llegar a la casa de Franklin para inspeccionar las pesquisas de su muerte, donde además se encontraban varios feligreses tratando de resucitarlo con cánticos y oraciones.
Según el diario ‘Daily Mail’ el camerunés sufrió grandes problemas respiratorios durante una semana. Fue ahí cuando decidió permanecer en su casa, como lo requiere el aislamiento, y aunque los médicos intentaron reanimar su salud, no se obtuvo resultados óptimos.
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