El político chino caído en desgracia Bo Xilai negó el jueves haber aceptado sobornos de empresarios por 3,5 millones de dólares, y contrapunteó a uno de ellos con la precisión de un abogado, como parte de una defensa inesperadamente vehemente en un juicio que busca dejar atrás el mayor escándalo en China en décadas.
La defensa parecía un último esfuerzo de la ex estrella de la política por reparar la reputación que cultivó tan cuidadosamente de ser un hombre del pueblo.
Los fiscales terminaron meses de suspenso sobre los detalles de sus cargos y presentaron una letanía de acusaciones que incluyeron una villa en Francia, un proyecto de globo de aire caliente y un club de fútbol, señalamientos que dan una idea de lo colorida que puede ser la corrupción en China.
Las declaraciones de Bo desplegaron el agudo sentido mediático del político sobre cómo quedar bien parado en situaciones difíciles. Agradeció al juez por dejarlo hablar, afirmó que fue presionado para confesar y se mostró arrepentido de forma selectiva.
"No soy un hombre perfecto y no tengo mucha fuerza de voluntad, así que estoy dispuesto a asumir la responsabilidad de ello", dijo Bo. "Sin embargo, en cuanto a los hechos básicos acerca de si soy culpable o inocente, debo decir mi versión".
El carismático Bo, que alguna vez fue el poderoso jefe del Partido Comunista en la megaciudad de Chongqing, cayó en desgracia a principios del año pasado tras revelaciones de que su esposa mató a un hombre de negocios británico, asesinato que supuestamente intentó encubrir.
El jueves fue la primera vez que fue visto en público en 18 meses desde poco después de que surgiera el escándalo.
En fotografías e imágenes de video de la corte transmitidas por la televisora estatal, Bo fue mostrado de pie vestido con camisa blanca de manga larga y pantalones oscuros y con el pelo corto y canoso. Más tarde se sentó un poco hundido en una silla y con poca expresión en su rostro.
El resultado esperado del juicio es que sea condenado. Sin embargo, en una inusual muestra de apertura de un juicio político en China, los funcionarios publicaron actualizaciones frecuentes del testimonio en el microblog del tribunal, lo que indica que los dirigentes del Partido Comunista confían en poder reducir al mínimo los daños causados por un escándalo que expone un asesinato y las maquinaciones de la élite de China.
Los fiscales dijeron que Bo utilizó a su esposa, Gu Kailai, y a su hijo, Bo Guagua, como intermediarios para aceptar 3,5 millones de dólares en la ciudad nororiental de Dalian, donde Bo Xilai alguna vez ocupó puestos clave. También alegaron que Bo ordenó a un subordinado callarse sobre un pago de 800.000 dólares a la ciudad, y que Bo desvió el dinero hacia sus fondos personales con la ayuda de su esposa, de acuerdo a las actualizaciones publicadas en el microblog Sina Weibo por el Tribunal Popular Intermedio de Jinan .
En respuesta, Bo dijo que fue obligado a confesar falsamente a los investigadores del partido que recibió pagos del gerente general de una compañía propiedad del gobierno de Dalian.
"Una vez admití esto en contra de mi voluntad", dijo Bo. "Sin embargo, en ese momento, no tenía absolutamente ningún conocimiento de la naturaleza del asunto. Mi mente estaba totalmente en blanco".
Los fiscales también dijeron que Bo ayudó a un empresario de Dalian, Xu Ming, a organizar la compra de un club de fútbol y obtener tierras para un proyecto de globo de aire caliente sin los procedimientos adecuados. Dijeron que a cambio, Xu ayudó a la familia de Bo a financiar la compra de una casa en Niza, Francia, y que Xu compró un transportador personal Segway para el hijo de Bo. Bo negó las acusaciones y dijo que los dos ni siquiera eran amigos.
Bo también contrapunteó a Xu, y lo orilló a aceptar que no le había planteado estos asuntos directamente.
Los fiscales presentaron también testimonios escritos de la esposa de Bo, quien dijo que la pareja tenía cajas fuertes en sus distintas casas en China en las que escondían montones de dinero en efectivo, pero Bo puso en duda su testimonio.
El juicio entró en receso después de unas ocho horas de testimonios y está previsto que se reanude el viernes a las 8:30 de la mañana (0030 GMT).
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Político chino Xilai niega haber aceptado sobornos
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