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Rebeldes y partidarios de Gadafi ya combaten en frente este de Libia

AFP

02 de marzo de 2011 01:54 PM

Una turba de unos mil hombres se arremolina en el último 'check-point' en la salida de la ciudad de Ajdabiya. Hay disparos al aire, corridas, gritos, movimientos de baterías antiaéreas y a lo lejos se ve acercarse un avión caza. Ya no cabe duda: los combates entre las fuerzas rebeldes y los partidarios de Gadafi llegaron al frente este de Libia. 
“Brega, a unos 80 km de aquí, cayó en manos de los mercenarios de Gadafi”, dice nervioso Ibrahim, con una Kalashnikov en la mano, bajo el arco de entrada a Ajdabiya (a unos 850 km al este de Trípoli), la última ciudad completamente bajo control de las fuerzas opositoras al régimen del coronel libio. 
La batería antiaérea lanza una descarga y el avión caza da media vuelta antes de llegar a la ciudad. La gente lanza un clamor de victoria. 
“Esta mañana ya hubo bombardeos cerca de aquí, contra el depósito de municiones”, agrega Ibrahim. 
En torno a la arcada la muchedumbre duda entre avanzar o establecer una defensa. Los más preparados tienen fusiles de asalto AK-47. Otros se pasean con revólveres y también se ve gente con largas cuchillas. 
En medio de la incertidumbre y el temor, Ajman, un miembro de la rebelión que llega en auto desde el oeste, dice que Brega ha sido liberada. “Alá es grande, Alá es grande”, gritan todos, mientras parten disparos al aire. 
“Entraron a Brega en la mañana temprano. Ahora se replegaron. Hay por lo menos dos muertos”, indica este rebelde. 
Detrás llega otro auto con dos personas a bordo. Son empleados de una compañía petrolera basada en Brega y partieron esta mañana luego de que las tropas de Gadafi lanzaran su ataque. 
“Me desperté a eso de las siete de la mañana con el ruido de disparos. Cuando salí, vi a mercenarios de Gadafi controlando las puertas de entrada de la compañía”, explica Ahmed Ali, contador. 
“Nos revisaron el auto, buscaron si teníamos armas y nos dejaron partir”, agrega. 
Otros testigos llegan al lugar. El relato se vuelve confuso y es necesario hablar con muchas personas para tratar de recrear lo ocurrido. 
“Las tropas de Gadafi estaban acampando a unos 40 km de Brega. De madrugada avanzaron sobre la ciudad para tomar los objetivos estratégicos: las compañías petroleras, el aeropuerto y el gasoducto que lleva gas hacia Bengasi”, cuenta Mushala, ingeniero en una planta en Brega. 
“Hubo varias personas muertas, al menos dos y hasta una quincena”, agrega. El balance por la noche era finalmente de al menos 10 muertos y decenas de heridos de bala. 
Desde el puesto de control de Ajdabiya parten hacia el oeste camionetas con gente armada. “A Brega, a Brega. Alá es grande, Alá es grande”, gritan asomando los caños de sus Kalashnikov por las ventanillas. 
Detrás de las barricadas de tierra junto a la ruta, los hombres esperan tensos en torno a las baterías antiaéreas apostadas en el lugar. 
Alguien anuncia que un avión caza ha caído a unos 15 km. Otros dicen que fue derribado en Brega. También se habla de un helicóptero. 
“La ciudad fue liberada. Solo quedan tropas de Gadafi en la Universidad”, continúa Mushala. 
Pero a estas palabras tranquilizadoras se opone el testimonio de otro testigo, Fathi Abdala, quien asegura que el acceso de Brega está bajo control de las fuerzas pro Gadafi.  Ya son cerca de las dos de la tarde. El sol pega fuerte y el polvo se atasca en la garganta. Unos hombres reparten botellas de agua y jugo. A unos 50 metros de la ruta, cerca de 300 personas se juntan y de cara al este empiezan a rezar. 
Varias horas después, cuando el día empieza a caer, la oposición a Gadafi afirmara que el ataque ha sido rechazado y Brega está otra vez en su manos, a pesar de que los aviones caza lancen dos misiles contra la población en medio de las celebraciones.

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