“Seguimos gobernando. No hay que rendirse y yo soy un ejemplo de resistencia: desde hace 17 años me lanzan fuertes acusaciones para mandarme a casa, pero sigo en mi puesto”, afirmó “Il Cavaliere”, en una intervención telefónica durante una fiesta de su partido en la noche del viernes al sábado.
“Esos procesos ridículos tendrán el efecto de un boomerang”, afirmó, en relación al escándalo sexual “Rubygate” en el que se ha visto involucrado desde hace 15 días.
Ruby es el sobrenombre de una joven marroquí con la que el jefe del gobierno italiano habría mantenido relaciones sexuales pagadas cuando ella era menor de edad.
Más tarde, Berlusconi afirmó tener “la piel curtida” y recordó que los sondeos le dan la razón.
“Según un sondeo del lunes de Euromedia, el presidente del Consejo tiene un 51% de opiniones favorables. Sin embargo, otro sondeo IPR indica que su popularidad bajó a 35% en enero, contra 40% en diciembre.
El sábado en la tarde, intelectuales de izquierda como el escritor Umberto Eco y el autor del libro sobre la mafia “Gomorra”, Roberto Saviano, prevén reunirse en Milán para exigir la salida de Berlusconi, para “liberar (a Italia) de su poder corrompido y corrupto, de los ataques a la Constitución, la magistratura y los atentados contra la dignidad de las mujeres”.
Hay que “rebelarse contra la imagen de un país corrupto” y afirmar “el derecho a soñar con una Italia más limpia”, estimó Roberto Saviano en una tribuna publicada el sábado por el cotidiano La Repubblica.
Confrontado a una erosión de su mayoría parlamentaria desde su ruptura con su ex aliado Gianfranco Fini, Silvio Berlusconi envió este sábado una carta al partido de extrema derecha La Destra para ofrecerle un cargo en el seno de su gobierno.
Una proposición aceptada inmediatamente por este pequeño partido, marginal en la escena política italiana, que debería obtener así un puesto de secretario de Estado.
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