Las fuerzas de seguridad mataron a tres personas el sábado en operaciones en el noroeste de
Siria donde otras 21 personas murieron el viernes en
manifestaciones bajo el lema “antes la muerte que la humillación”, según una ONG y militantes.
“Dos hombres murieron y otros cinco quedaron heridos en
Maarrat Hormé, en la región de Idleb, durante una operación en la que participaron tanques y 50 autobuses que transportaban a miembros de la Seguridad”, informaron los Comités locales de coordinación (LCC) que animan las manifestaciones contra el régimen.
Por otra parte, “un militante político de la ciudad de
Hama (centro) que se encontraba en Maarrat Hormé también murió cuando el
ejército abrió fuego contra los civiles que observaban a los militares que se retiraban del poblado”, según LCC.
Según el
Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), “esta operación se llevó a cabo para acosar a personas buscadas”. Citando a un militante de la región, agregó que “estaba destinada a acosar al fiscal general de Hama Adnan el Bakkur” que anunció su demisión para denunciar la represión del régimen.
El viernes, los manifestantes fueron nuevamente reprimidos a pesar de las crecientes presiones internacionales contra el régimen de
Bashar Al Asad, en particular las sanciones de
Europa que decretó un embargo sobre las importaciones de petróleo proveniente de Siria.
El viernes, veintiún civiles fueron muertos por las
fuerzas de seguridad que dispararon para dispersar a decenas de miles de manifestantes que desafiaban al régimen.
Nueva manifestantes fueron muertos en la región de
Damasco, nueve en la provincia de Homas y tres en la de Deir Ezzor (este) indicó la OSDH.
Según la
ONU, las violencias en el país han dejado al menos 2.200 muertos desde mediados de marzo, en mayoría civiles, y según los militantes, más de 10.000 personas han sido detenidas.
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