Sismo de leve intensidad en centro sur chileno

Un sismo de magnitud 6,2 se sintió este lunes en cuatro regiones del centro sur chileno, cuyo epicentro fue localizado casi en la misma zona en la que hace dos años un terremoto de 8,8 seguido de un tsunami, asoló el país y mató a más de medio millar de personas. 
El Servicio de Geología de Estados Unidos, USGS, que inicialmente indicó que la magnitud fue de 5,8, informó que el temblor se registró a las 13.04 horas, 16.04 gmt, a 54 kilómetros al suroeste de Cobquecura, 430 kilómetros al sur de Santiago, a una profundidad de 28 kilómetros.
El Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, SHOA, dijo que el sismo no reúne las condiciones para generar un maremoto. 
La Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior, Onemi, dijo que el movimiento se sintió con mas fuerza, con magnitud 6, en Concepción, 500 kilómetros al sur de Santiago, y en las cercanas Cauquenes y Linares, mientras en Curicó, 190 kilómetros al sur, la magnitud fue 3. 
La Onemi no informó de inmediato de heridos o daños, pero radioemisoras del sur y en las redes sociales se dijo que hubo pánico en la población.
Poco antes, a las 17.22 gmt se registró otro sismo de magnitud 5,0 en la misma área, según el USGS. 
Al aproximarse el segundo aniversario del terremoto del 27 de febrero del 2010, que dejó 524 muertos y varias decenas de desaparecidos, la fiscal Solange Huerta informó la semana recién pasada que en febrero inculpará judicialmente a funcionarios del SHOA y de la Onemi por no alertar del maremoto que siguió al terremoto, que ocasionó el fallecimiento de 156 personas, los que pudieron haberse evitado con la alerta previa. 
Hasta ahora el SHOA y la Onemi se responsabilizan mutuamente por no haber avisado con antelación de la llegada del maremoto a las costas de la zona centro sur del país. 
Un teniente que trabajaba en el SHOA alertó del tsunami e incluso envió un fax con la información a la Onemi, que malinterpretó los datos y no avisó a la población. Transcurrida menos de una hora del aviso, el superior del teniente levantó la alarma. Entretanto, gigantescas olas habían arrasado con la mitad de la población del archipiélago Juan Fernández y ya golpeaba la extensa costa chilena.