Un grupo de universitarios nicaragüenses reventaron este viernes piñatas con los rostros del presidente del país, Daniel Ortega, y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en el marco de la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde hace 19 meses.
Las piñatas fueron colgadas en árboles plantados en el interior de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA), en Managua, donde los estudiantes, a modo de burla, protestaban contra el Gobierno, ante la vigilancia permanente de policías desde afuera del centro, según constató Efe.
La manifestación fue en solidaridad con la Iglesia Católica nicaragüense y con los 160 opositores que se encuentran en prisión por protestar contra el Gobierno sandinista, de acuerdo con los organizadores.
“No es un presidente, es un delincuente”, gritaba el grupo de jóvenes mientras yacían colgadas, simbólicamente, la vicepresidenta Murillo, con un vestido en tono morado, calcetines a rayas, una brisera y sus particulares anillos en los dedos.
Mientras el Presidente de Nicaragua, en la sátira, lucía su acostumbrada chaqueta azul, pantalón y zapatos negros.
Las piñatas las colgaron de modo que conductores y peatones que circularan por la transitada avenida pudieran observarlas, algunos de ellos se detenían a fotografiar la escena, mientras que otros levantaban su dedo pulgar en apoyo a la acciones de los jóvenes.
En tanto, decenas de agentes antidisturbios tomaron su distancia, a diferencia de ocasiones anteriores que han colocado sus escudos frente al portón principal de la sede para impedir que los universitarios salgan a las calles.
“Aquí es una evidencia que la resistencia continúa. Lo que ustedes hoy están atestiguando es el cansancio, la frustración, y la determinación de una juventud que dijo basta ya”, dijo a Efe el líder estudiantil Lesther Alemán.
Durante la protesta universitaria, algunos de los estudiantes cubrieron sus rostros con máscaras o pañoletas por cuestiones de seguridad, y otros cargaron carteles o banderas de la iglesia Católica, de Nicaragua y de Bolivia.
“Estudiar, aprender, para Policía nunca ser”, “La Iglesia (católica) se respeta”, eran, entre otras, las consignas de los estudiantes, que también pedía “libertad”, tildando de “asesinos” a los policías, mientras alzaban botellas con agua.
“Esto es una amenaza para el Gobierno de Ortega, una botella con agua”, señaló Alemán, mientras mostraba el recipiente.
La parroquia San Miguel Arcángel en Masaya (sureste) está cercada por centenares de agentes de la Policía que cerraron las vías de acceso porque en su interior al menos 11 madres se encuentran en huelga de hambre desde hace nueve días por la liberación de sus hijos.
Trece jóvenes fueron detenidos en Masaya y tres en Managua cuando intentaban dar agua a las personas que se encuentran dentro de las iglesias.
Asimismo, la Policía impidió este viernes un segundo intento de grupos civiles por llevar agua, suero, insulina y alimentos.
La presión internacional contra el Gobierno de Ortega se ha incrementado en los últimos días con claras críticas por parte de la Unión Europea (UE) y de la comisión de alto nivel de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre Nicaragua.
Desde abril de 2018, el país vive una crisis sociopolítica que ha dejado al menos 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 651, mientras que el Gobierno reconoce 200 y denuncia un supuesto intento de golpe de Estado.
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