Una zona de exclusión de vuelo dictada por la ONU sobre Libia requeriría bombardear objetivos dentro del país norafricano para reducir la amenaza representada por las fuerzas de Muamar al Gadafi, advirtió este jueves la secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton.
Su comentario dejó claro el riesgo de una posible intervención militar, en momentos en que las potencias mundiales contemplan pasos más decididos para proteger a los civiles y para presionar al líder libio.
“Una zona de exclusión de vuelos requiere adoptar ciertas acciones para proteger los aviones y a los pilotos, incluido el bombardeo de blancos tales como los sistemas de defensa de Libia”, dijo Clinton, mientras se acercaba al final de una gira por Medio Oriente, dominada por preocupaciones sobre Libia, donde los rebeldes parecen al borde de la derrota.
En El Cairo, Clinton caminó junto a una muchedumbre en el corazón simbólico de la sublevación popular que derrocó al presidente autocrático de Egipto, y convocó a los líderes del país a no permitir que la revolución se apague o sea controlada por extremistas.
En momentos en que el gobierno de Barack Obama intensifica sus críticas a Bahréin por la represión a las protestas allí, Clinton elogió a los manifestantes antigobierno cuyas pacíficas protestas en la Plaza Tahrir obligaron a la salida del presidente Hosni Mubarak el mes pasado. Y dijo que esperaba que las personas en todas partes viesen la revuelta como “uno de los momentos históricos más cruciales” en el Oriente Medio.
“Las pirámides son magníficas, pero tan magníficas como lo que ustedes han logrado ya”, le dijo Clinton a empleados locales egipcios en la embajada estadounidense. La diplomática estadounidense llamó a proteger lo logrado, “para que nadie pueda apoderarse de esta revolución, nadie pueda dar marcha atrás a esta revolución, o apoderarse de ella para beneficio de un solo grupo de egipcios, en exclusión de los otros”. “Ese será el reto”, dijo, “y nosotros ayudaremos en lo que sea posible”.
El viaje de dos días de Clinton a Egipto busca alentar al pueblo egipcio y sus líderes de transición a respetar los ideales de reformas democráticas que motivaron la revolución. Su viaje resalta la preocupación estadounidense de que lo conseguido desde la caída de Mubarak sea perdido ante impaciencia o el surgimiento de un nuevo liderazgo extremista o autoritario.
Su expresión del respaldo estadounidense a cambios democráticos en la región se produjo en momentos en que soldados y policías antimotines expulsaron a centenares de manifestantes acampados en una céntrica plaza en la capital de Baréin, usando gases lacrimógenos y vehículos blindados. Al menos cinco personas murieron el miércoles en choques en todo el reino, de acuerdo con testigos y funcionarios.
Clinton dijo que la situación era “alarmante”, y expresó fuertes críticas a Bahréin y sus vecinos del Golfo Pérsico, diciendo que están en el “camino equivocado” al tratar de enfrentar el descontento popular con tropas, en lugar de reformas democráticas.
“La única forma de avanzar es resolver las diferencias legítimas de la población de Bahréin”, dijo Clinton en declaraciones a reporteros. “Deploramos el uso de la fuerza. Hemos dicho no solamente a Bahrein sino también a nuestros socios en el Golfo que no pensamos que la seguridad es la respuesta a lo que está sucediendo”.
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Zona de exclusión de vuelos requeriría bombardear Libia: Clinton
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