Algo antidemocrático

Muy a pesar de las recomendaciones del Consejo de Estado, en el sentido de que el acuerdo de cooperación militar con los Estados Unidos fuera sometido al control de las instancias democráticas, es decir, a revisión por parte de la Corte Constitucional y contar con el aval del Congreso de la República, como lo ordena nuestra Constitución Política, el Gobierno Nacional decidió de manera unilateral y antidemocrática, firmar dicho acuerdo sin tener en cuenta las recomendaciones dadas. "No era necesario hacerlo", dijo el propio Presidente de la República, como si se tratara de una facultad discrecional del Ejecutivo Nacional. Por otra parte, mientras que el documento en cuestión ha sido revelado públicamente por el gobierno norteamericano, el nuestro no lo ha hecho y sólo se conocen algunos apartes que dejan en duda la participación en condiciones igualdad de nuestro país en el mencionado acuerdo. Paradójicamente, y al contrario de la decisión colombiana, el Embajador de los Estados Unidos, William Brownfield, declaró, ante los medios de comunicación nacionales e internacionales, que el acuerdo sí sería sometido a la revisión del Congreso norteamericano porque "así lo ordena la Constitución de nuestro país y nosotros la cumplimos". Es posible, y ojalá que así sea, que suceda lo mismo que con el TLC: el Congreso colombiano lo aprobó y el norteamericano lo objetó, en vista de las numerosas denuncias que cursan en contra del Estado por la participación directa e indirecta del Ejército Nacional en actividades ilícitas relacionadas con el narcotráfico, el paramilitarismo y los tristemente célebres "falsos positivos". Es curioso, pero el país de los enlatados y de la "comida chatarra", atacado furiosamente por Chávez por ser la "cuna del imperialismo" y del "capitalismo salvaje", nos está dando ejemplo de verdadera democracia y de independencia de los poderes públicos. Tal parece que Marx no se equivocó al afirmar que "de las cenizas del capitalismo desgastado surgirá la sociedad el Hombre Nuevo: el socialismo", mas no "el Chávez" ni "el de Fidel" ni, mucho menos, "el de Stalin", que se convirtió en las más oprobiosa dictadura del Siglo XX. Rafael E. Yepes Blanquicett C.C. 9.093.223 de Cartagena.