Diciente el artículo publicado en la sección Facetas del periódico titulado: “Comer basura, otra forma del reciclaje”, en la cual se narra la historia de los recicladores que sobreviven del desperdicio y desechos alimenticios que la “Cooperativa de Aseadores del Mercado de Bazurto” arroja todos los días en las cajas estacionarias de la empresa Urbaser. Todo los alimentos reciclados y contaminados de tóxicos van a manos de personas que cocinan con ese material, quienes tratando de mitigar el hambre que vive la ciudad, la venden a clientes del mismo mercado como los carretilleros, los recicladores y todo el que no tenga para comer. Además, en algunos casos alcanza para vender la comida en los barrios pobres de la Zona Sur Oriental de la ciudad. Este artículo evidencia una vez más el hambre que existe en Cartagena y la necesidad de políticas claras y profundas que ataquen la crisis que viven más del 70% de la ciudadanía, la cual, está lejos de cerrar la brecha que hay entre los que podemos comer dignamente y los que escasamente pueden alimentarse con una ración de comida al día, en el mejor de los casos. El gobierno nacional en vez de estar pensando en hacer una reforma tributaria para obtener recursos para la guerra, debe pensar en realizar reformas que ayuden a obtener recursos para generar trabajos dignos, salud, vivienda y enfatizar en los programas de comedores comunitarios para los más necesitados. Robert Ibarra Muñoz C.C. 73.133.613 de Cartagena
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