Para quienes hace muchísimos años ca-minamos, hacemos ejercicios, trotamos y nos divertimos soñando sanamente en la playa de Bocagrande, les doy mi más senti-do pésame. Ha muerto la playa. No quedan ni 10 metros de ancho; y en el ángulo for-mado por Espolón de Iribarren con el edi-ficio “La máquina de escribir”, hay agua. Ya no queda playa. Y en el Quiosco “Don-de Alfo” hay una muralla de “bolsas de Arena” para que no se venga abajo. Silencio cómplice de todos y el violento oleaje ante la impotencia del Estado. Hemos perdido nuestra playa.
Orlando Bustillo Jr.
C.C.No. 73.079.486 de Cartagena.
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