El pasado lunes 9 de noviembre de 2009 se cumplieron veinte años de la caída del más famoso Muro de la Infamia, el Muro de Berlín, construido en 1961 por los alemanes del Este para evitar la fuga masiva de sus nacionales hacia occidente. Fueron 28 años en que se vio de todo como consecuencia de los intentos de los alemanes orientales por cruzar la frontera que separaba a Berlín Oriental de Berlín Occidental. La división de Berlín fue uno de los íconos más representativos de la llamada "Guerra Fría" entre la desaparecida Unión Soviética, al frente de los países socialistas de Europa Oriental y los capitalistas de Europa Occidental, comandados por los E.E. U.U. de América. El desplome del muro estuvo antecedido por la "Perestroika", el proceso iniciado por Mijail Gorvachov en la U.R.S.S., que acabó con el "socialismo" impuesto por Stalin media Europa, luego del triunfo de los Aliados sobre Hitler y de la derrota de las tropas nazis por parte del Ejército Rojo, en medio del más riguroso invierno en la estepa rusa. Para muchos, la "Perestroika" y la caída del Muro en una noche fría del otoño de 1989, representó el triunfo del capitalismo sobre el socialismo, pero para otros, fue más bien el fracaso de la tesis stalinista del "socialismo en un sólo país", criticada y combatida con vehemencia por Trostky -quien fuera perseguido y asesinado en el exilio- por no estar de acuerdo con la implementación del socialismo en un sólo país eminentemente agrario, como lo era la Rusia ex zarista de aquel entonces. Stalin, quien sucedió a Lenin en el poder, consolidó, a la fuerza, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, anexando al País de los Soviets a casi todos los países que limitaban con Rusia. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, los Aliados y los soviéticos se repartieron Europa, quedando dividida en dos grandes bloques: el bloque capitalista al occidente y el socialista al oriente, llamado la "Cortina de Hierro", al cual pertenecía Alemania Oriental y su capital Berlín Oriental. Una vez unificada Alemania, la grandiosa y siempre bella ciudad de Berlín, sin el Muro de la Infamia, se convirtió su capital, como lo había sido desde mucho antes de la Segunda Gran Guerra del Mundo. Rafael E. Yepes Blanquicett C.C. 9.093.223 de Cartagena.
NOTICIAS RECOMENDADAS
Comentarios ()