Penalización o permisividad

Existe una controversia entre aquellos que defienden la penalización de la dosis personal y quienes están en contra de ella. Quienes están en contra sostienen que “el Estado no puede penetrar, mucho menos vulnerar, la esfera individual de la persona”. Y que el individuo es autónomo, es decir, autodetermina lo que quiere hacer, sin ningún tipo de restricción por parte del Estado. Estos se apoyan en el “derecho al libre desarrollo de la personalidad”. Pero entonces me imagino una esfera gigante, conformada a su vez, por muchas de menor tamaño. Y me pregunté: ¿Es fin del Estado velar por la armonía individual o por la armonía social? Basta solo con una dosis de estas sustancias para dañar la vida de inocentes, que en su gran mayoría son niños y adolescentes que caen en la trampa de estos asechadores, que no pueden ser capturados por falta de ordenamiento jurídico. Ya que una vez arrestados deben ser puestos en liberta porque los ampara la legalidad de la dosis personal, y tras ese cuento siguen vinculando niños para que distribuyan y peor aun consuman. En un Estado donde se lucha incansablemente contra el narcotráfico, el cultivo y los expendedores de droga, no es lógico, consecuente ni saludable que se acepte el consumo de estas sustancias. Este es un fenómeno que cada día va perdiendo tal calidad, para convertirse en un acto cotidiano de nuestra so-ciedad, degradando cada día más la salud, mente, principios y valores del ser humano, y esto, gracias a nuestra falta de compromiso y e indiferencia. Carmelo Andrés Cruz Álvarez C. C. No 1.104.008.981 de San Pedro (Sucre)