Columna


A propósito de:

Por primera vez este año, me di cuenta que en la organización reservaba espacios para que los concejales pudiésemos participar en cuerpo presente.

CÉSAR PIÓN GONZÁLEZ

13 de febrero de 2020 12:00 AM

Se recibe con gran satisfacción el inicio de socialización del Plan de Desarrollo “Salvemos a Cartagena”. Comentamos que el solo ingreso al Centro de Convenciones marcó una gran diferencia, jóvenes populares en comités de guianzas y recibimiento, que saludaban sonrientes generando una buena y amable apertura.

Por primera vez este año, me di cuenta que en la organización reservaba espacios para que los concejales pudiésemos participar en cuerpo presente. Sin embargo, al ingreso del señor alcalde marchando a escasos 50 cm de nuestras rodillas nos hizo pensar diferente, ¿desapercibidos, diría yo?, pero no, es el resultado de la concentración y dedicación a lo más importante: el pueblo.

Sin embargo volví a confundirme con el saludo emitido antes de sentarse, no distinto al de siempre con tono sonriente y despectivo “malandrines”, frase repetitiva que me trasladó al clásico de Nicolás Maquiavelo, “El Príncipe”, obra de grandes estrategias para manejar el poder, reafirmando que las condiciones adversas de tu vida tendremos que responsabilizar un solo segmento para no pluralizar la batalla.

Esa es la democracia y así la recibimos, pero, las cosas buenas hay que apoyarlas, desde mi independencia constructiva apruebo la inclusión de las Juntas de Acción comunal para realizar obras y le enviamos a usted hace varios días un proyecto de acuerdo para organizar las zonas especiales de estacionamiento con aproximadamente mil millones mensuales de ingresos para ser invertidos por las JAC en fabricación de andenes, ciclorrutas y vías de barrios.

Proponemos en el estatuto tributario dejar definido un porcentaje de impuestos y plusvalía de lo que se establezca en la zona norte para los corregimientos vecinos y replantear las concesiones de puerto y bajamar para los corregimientos de la zona insular, ellos poseen variables de pobreza, desempleo y falta de educación mucho más grave que lo urbano.

No perder de vista que se necesita un plan de contingencia a las finanzas del distrito, los embargos a los ingresos corrientes de libre destinación tarde o temprano se harán efectivos y revisando que 564 mil millones presupuestados para el 2020, en depuración con lo que enviamos a funcionamiento, institutos descentralizados y aportes a los fondos, solo nos quedarían unos 88 mil millones aproximadamente que si aplicamos 60 mil millones de embargos, la inversión con recursos propios tendría traspiés, lo que obliga desde este momento a sentarse con el Gobierno nacional e ir analizando una posible reestructuración de pasivos que limita, pero, bien administrado produce muchos resultados positivos como fue el caso de Barranquilla, que gestó su desarrollo con la ley de quiebra.

*Concejal de Cartagena.

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