Este comienzo del mes de diciembre se ha caracterizado por unos fuertes aguaceros que nos recuerdan la vulnerabilidad de la ciudad al cambio climático. Estudios científicos han demostrado que cada vez serán más frecuentes los extremos en lluvias y sequías, aun cuando existen algunos dirigentes empeñados en negarlo.
Cartagena es una de las ciudades que se está viendo más afectada por esta situación. A pesar de contar con un plan oficial de adaptación, es poco lo que se ha avanzado para implementar las medidas propuestas. Preocupa que la capacidad de respuesta para atender esta problemática es pobre y que la implementación de las soluciones puede tomar más tiempo de lo requerido.
Las medidas suelen implementarse después de que ocurren los problemas. Siempre tenemos una política pública reactiva con poca planeación y prevención. Ahora la discusión en un sector de la ciudad son unas válvulas pico de pato, que probablemente han dificultado la evacuación de las aguas lluvias. Sin embargo, las inundaciones cubren varios barrios, muchas en donde no están instaladas. ¿Qué solución coyuntural se le puede brindar a las otras zonas?
Cuando planteamos soluciones olvidamos que Cartagena carece de alcantarillado pluvial. Las aguas lluvias y aquellas provenientes del aumento del nivel de mar terminan en el alcantarillado de aguas residuales. Este sistema se desborda frecuentemente y usualmente vemos las calles invadidas por unos fluidos nauseabundos.
A la vez que se instalaron las válvulas pico de pato, también crecieron los edificios de gran altura. ¿Tiene nuestro sistema de alcantarillado la capacidad suficiente para atender estas nuevas edificaciones? Creo que la empresa responsable de este servicio puede responder mejor esta inquietud. Mientras tanto preocupa que se sigan autorizando nuevas licencias de construcción, especialmente porque este año hay indicio de un manejo poco serio de esas licencias.
Termino diciendo lo que probablemente es una frase de cajón: Cartagena necesita una planeación de largo plazo, no se puede seguir improvisando.
Desafortunadamente la reciente aprobación de un presupuesto austero y la inestabilidad política actual, no permiten ser optimistas sobre el manejo futuro de esta problemática. Al momento no contamos con los recursos ni con la institucionalidad para tener una ciudad con esperanza.
jbonetmo@banrep.gov.co
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