Columna


Alí Babá y los 40 ladrones

Christian Ayola

08 de junio de 2023 12:00 AM

...Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Son muchas las leyendas y las tradiciones orales que se refieren a personas que se apropian de lo ajeno. Siendo niño me impresionó mucho la de Alí Babá y los 40 ladrones, narrado en “Las mil y una noches”, el primer libro que me regaló mi madre, cuando tenía 7 años de edad. En la mitología griega se estructuran precedentes de prototipos de la conducta humana, describiéndose muchos personajes con este defecto, algunos de ellos son héroes o semidioses que curiosamente no reciben condena moral por su pillaje, sino la admiración pública y hasta protección de los dioses; con las noticias de estos días me he sentido viviendo dentro de esos relatos mitológicos.

Mencionaré algunos de estos ladrones legendarios: Tántalo era hijo de Zeus y reinaba con comodidad en Frigia, donde no le faltaban las riquezas ni las diversiones en abundancia. Vamos, que vivía sabroso. Los dioses le invitaban a sus banquetes y le adulaban. Pero robaba el néctar y la ambrosía de la mesa de los dioses y se la daba a sus amigotes humanos. El castigo básicamente consistió en una tortura que le impedía beber del agua en la que permanecía eternamente sumergido, mientras una enorme roca se mantenía a duras penas en equilibrio sobre su cabeza.

Autólico era hijo del dios Hermes, su padre le otorgó el poder de robar sin ser jamás sorprendido, se le apodaba “El Príncipe de los Ladrones”, regalaba lo robado, pero no precisamente a los pobres, por ejemplo el casco de cuero que Ulises lleva a Troya se lo había hurtado a Amintor. Hermes siendo apenas un bebé le roba unas reses nada menos que al dios Apolo, quien con sus dotes adivinatorias, se presenta en casa de Maya, la madre de Hermes, y le reclama el botín. Ella le responde enseñándole al niño todavía envuelto en pañales.

Al final Apolo se encanta con el instrumento que el niño acaba de inventar, la lira, y le deja el rebaño a cambio. Entonces Hermes inventa otro instrumento, la siringa o flauta de pan, Apolo también la quiere, Hermes, excelente negociante, se la cambia por clases de adivinación; con ese currículo, Zeus lo asciende al cargo de “Heraldo Personal”, algo así, como uno que recientemente alguien perdió en el palacio de Nariño.

Caco, con cuyo nombre popularmente se designa en castellano a los ladrones, era un personaje algo estúpido, se le ocurrió robarle los bueyes a Hércules. Caco tenía una hermana quien lo traicionó, dándole a Hércules la ubicación de la cueva donde Caco escondía el ganado robado. Hércules lo encontró y mató al ladrón a peñazos. Ella se llamaba efectivamente, Caca.

*Psiquiatra.

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