En circunstancias normales los humanos tendemos hacia los pensamientos e interpretaciones negativas, ya te podrás imaginar en estos tiempos de confinamiento y zozobra: el estrés y la angustia están disparadas como cualquier nueva pandemia.
Sin querer dármelas de psicólogo, gurú o maestro espiritual, pienso que lo mejor que puedo hacer es llenar mi columna con palabras de aliento y esperanza, porque de esta (bien sea que la tengamos clara o no) vamos a salir adelante. De eso no tengo la menor duda. Será difícil, tenemos angustias, hay incertidumbre, sin embargo, nuestra capacidad de reinventarnos, prevalecerá. ¿Cuántas veces hemos imaginados los desenlaces más catastróficos ante problemas reales o imaginario y resulta que nunca ocurren o logramos sobrevivir? ¿Y sabes por qué? Porque desde pequeños nos vendieron la idea errada -especialmente nuestros padres- que la angustia ayuda a resolver los problemas, y resulta que no es así. ¡Tenemos que cambiar ese hábito tan detestable!
Por eso digo, las preocupación no soluciona los problemas, los resuelven la acción y la determinación. Entonces, si estamos angustiado por la situación actual -donde todos lo estamos, por cierto- lo mejor que podemos hacer en este encierro, es tomar un papel, definir nuestros problemas, revisar alternativas, relacionar las tareas y a resolver. Aun desde la casa. No hay nada que tranquilice más a nuestra mente que vernos solucionando las dificultades. Y con optimismo, por favor, que el optimismo también es contagioso. Que en la casa nos vean con la actitud adecuada y sin quejarnos. Hasta podemos pensar: bueno... ¿y qué es lo peor que puede pasar? Y le buscamos una solución a la peor de esas alternativas.
Según los noticieros, la violencia intrafamiliar está disparada, y como lo vimos arriba, la frustración se alimenta de nuestra inacción. Por eso imploro: nada de usar al prójimo de fusible para apalear nuestras frustraciones, que la rabia solo esconden dos cosas: miedo o manipulación. Y tenerlas identificadas nos debe ayudar a no caer en el juego o autocorregirlas.
Estimado amigo, nuestra capacidad de supervivencia es impresionante. Debemos creer en nosotros. Quizás estos sean los momentos para buscar los espacios de reflexión para replantear prioridades y necesidades estúpidas que intentan satisfacer un afuera que no existe y un adentro que sí lo necesita. Quizás estos sean los tiempos para agradecer lo mucho o poco que tengamos y por ahí mismo, hasta felicitarnos.
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