Columna


Apostarle a la vida

RAFAEL VERGARA NAVARRO

15 de mayo de 2021 12:00 AM

Aunque en toda nuestra historia está presente y latente no ha sido solo la violencia sino la multitudinaria voz del pueblo la partera de esta historia que, desde el inicio del paro, conmovió las fuerzas políticas, los gobiernos locales y la conducción misma del Estado.

El repudio de la reforma tributaria disparado con el crecimiento del desempleo y el hambre por la pandemia, el interés común y la necesidad generaron la respuesta que venció la dispersión y el miedo, fluyendo por las redes la indignación, la solidaridad y la organización de una protesta de sectores sociales diversos. Evolucionó la cohesión de una fuerza popular, ciudadana, pluralista, nacional que ahora liderada por el Comité Nacional del Paro, como nunca, durante 18 días, ha paralizado parte del país, mostrando poder y exigiendo soluciones. Una cohesión que no significa control total, responsables sí de la protesta social no del vandalismo, ni de los enfrentamientos y desbordes, represión y delitos. Hay dinámicas propias como las vividas en Cali y en los bloqueos por doquier.

Mirando el 2022 esta expresión multitudinaria de la protesta social el partido en el poder y sus militantes no la valoran como expresión de la democracia, sino como un plan de enemigos de la ultraizquierda para acabar con la hegemonía que tiene a la gente protestando.

Cuando pienso en los muertos, heridos, desaparecidos, en la violencia, rechazo con dolor de patria la violación de los derechos humanos y crímenes, vengan de donde vengan, la continuidad histórica del odio como esencia de las acciones y respuestas, y agradezco que el mundo se solidarice y repudie la barbarie y los excesos reconocidos por el propio presidente. En Cartagena la protesta ha sido pacífica gracias a los marchantes, policías y al alcalde.

La reforma tributaria posible es la que contenga una fórmula clara: no financiarse en la base sino en la cúspide, el que más tiene más paga.

El objetivo de los recursos debe ser para financiar lo pactado y solo después para no perder el grado de inversión, primero la gente. Y como han dicho los dirigentes sindicales y estudiantiles, que sea un diálogo eficaz para negociar no para conversar. Si no “el paro no para”.

Mediando la Iglesia y la ONU el pliego de emergencia contiene: renta básica mensual para las familias más vulnerables, el retiro del proyecto de ley 010 de salud radicado y sin viabilidad en el Congreso, acelerar el proceso de vacunación, la matrícula 0 para el acceso a la educación superior pública y no alternancia en las instituciones educativas si todos los docentes no son inmunizados. También subsidios para las pequeñas y medianas empresas. El tiempo se agotó, con la pradera ardiendo, construir confianza y avanzar es apostarle a la vida.

*Abogado ambientalista y comunicador.

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