Los alisios soplan sobre la ciudad y ésta vive un momento afortunado por las buenas noticias que trae el final del 2013.
Los propietarios de las empresas de transporte decidieron darle la cara a los cartageneros y como cualquier usuario del servicio público que administran viajaron en los pedazos de buses que ponen a rodar. Constataron el pésimo estado de los vehículos y pidieron perdón por el maltrato a que someten a los usuarios. Su autocrítica fue acompañada de la decisión de contribuir a un verdadero sistema integrado de transporte que empezará, con Transcaribe como eje, a funcionar el próximo 2 de enero.
El sistema hospitalario de la ciudad ha sufrido una verdadera revolución. Una atención personalizada de gran calidad, que prefiere el servicio y la labor humanitaria al negocio, la convierte en referencia nacional, dando seguridad a los cartageneros hasta ahora maltratados por el pésimo servicio ofrecido. El cuerpo médico, ante este estado de cosas, ha decidido hacer su propia contribución: reforzar su capacidad científica y atender en sus consultorios a tiempo, respetando las citas de los pacientes.
Se ha anunciado que los servicios de agua y energía no serán suspendidos arbitrariamente porque las empresas prestadoras de estos servicios son conscientes de los traumatismos causados a la población y a la economía. Han aprendido de lo que ocurre en los países de donde son originarias sus empresas.
La ciudad entera lucha contra el flagelo del hambre; un solo propósito basado en la solidaridad une a gobierno, empresas y familias convirtiéndose en la ciudad con el más bajo índice de pobreza del país. Se ha demostrado, como ocurre en otros países, que se puede reducir la pobreza al mismo tiempo que se disminuye la desigualdad social y Cartagena le apuesta a eso.
Por fin, se cumple aquí la vieja aspiración de García Márquez de contar con un sistema educativo de calidad para todos “de la cuna a la tumba”. Desde muy temprana edad los niños ingresan a centros de atención que estimulan la sensibilidad, el talento y las vocaciones para que el engranaje institucional los vaya llevando a niveles superiores hasta garantizarles el acceso a la universidad, que ya no serían esos negocios familiares improvisados.
El sistema de recolección de basuras es igual en cada rincón de la ciudad, tanto en la zona urbana como en las zonas rurales; tanto en el Centro Histórico como en los barrios. Una decidida apuesta al reciclaje desde la fuente es el resultado de la estrategia educativa que adelantan las empresas.
Aquí se valora la crítica por servir a la dinámica transformación social; la clase política se encuentra en renovación y el racismo ya es página pasada. Una extensa clase media con valores democráticos ha florecido y espanta, con los buenos vientos, el rancio olor de los viejos dueños de esta ciudad.
Recuerde el lector que hoy es 28 de diciembre. Páselas por inocente, por supuesto. ¡Feliz año!
*Columnista quincenal
albertoabellovives@gmail.com
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