Columna


Buscando soluciones

La crisis que se está generando en el país por el aumento en la demanda de servicios de urgencias y hospitalización es preocupante.

LUIS ALBERTO PERCY

06 de junio de 2019 12:00 AM

La crisis que se está generando en el país por el aumento en la demanda de servicios de urgencias y hospitalización es preocupante. Al colapso de lo local producido por los problemas de atención de algunas EPS, a la falta de recursos para aumentar infraestructura de atención y a los problemas de calidad asociados a la prestación, que generan sobrecostos para el sistema e inoportunidad en los servicios; se suman los asociados a la atención de los más de un millón de hermanos venezolanos que han ingresado al país producto de los problemas económicos y sociales del gobierno de Maduro.

Nuestro sistema de salud, que históricamente ha tenido que vivir los problemas asociados al aseguramiento y a la prestación de servicios, tiene que enfrentar hoy en día dos retos mayores: el primero, garantizar el acceso de los colombianos a los servicios médicos con una red de atención francamente deficitaria; y el segundo, brindar atención a más de un millón de migrantes con la misma red con la que históricamente hemos contado. Con un agravante para este problema, los nuevos beneficiarios de los servicios de salud colombianos vienen desatendidos y con una gran cantidad de necesidades de salud insatisfechas.

La anterior situación ya ha empezado a generar preocupación y los primeros cálculos que se han realizado estiman que, para estas nuevas atenciones, se requerirá en el corto plazo una inyección de capital al sistema cercana al billón de pesos. La pregunta que surge es: ¿si apenas estamos poniendo en claro las cuentas del sector y si el déficit de caja de los prestadores en el país se calcula que supera los 10 billones de pesos, de dónde van a aparecer los recursos para hacerle frente a esta situación?

En los hospitales de Cartagena que atienden a la gran mayoría de población migrante, el monto de la deuda desde el inicio de la crisis venezolana supera los 15 mil millones de pesos. Y lo que se estima recibirán estas instituciones en el corto plazo no llega a los 400 millones. ¿Cómo vamos a hacer para garantizar las atenciones de los venezolanos si no se cuenta con los recursos necesarios para ello? Los hospitales estamos comprometidos con la atención de esta población, pero necesitamos recursos para seguir con nuestra tarea.

Ahora, el problema de fondo es: ¿qué se va hacer en el mediano y largo plazo con estos nuevos usuarios?, el modelo de atención actual es insostenible, estas poblaciones no tienen acceso a los programas de promoción y prevención, y no se están beneficiando de la gestión del aseguramiento que busca controlar la enfermedad y que se enfoca en una medicina más preventiva que curativa. Está demostrado que lo curativo sale más costoso para el sistema y además nos lleva a retroceder en nuestro modelo de atención un par de décadas.

La otra pregunta que nos surge es: ¿Cómo se va a manejar la financiación del alto costo y las coberturas de las enfermedades catastróficas para los migrantes? Es supremamente importante dimensionar este tema, ya que, por solo poner un ejemplo, el 40% del costo de las cerca de 4.000 atenciones realizadas a infantes venezolanos en la Casa del Niño de Cartagena corresponde a solo 53 pacientes.

Una de las salidas a esta crisis es incluir rápidamente a la población migrante dentro del aseguramiento universal colombiano a través de EPS del régimen subsidiado y contributivo, así como establecer una Unidad de Pago por Capitación diferencial asociada a la siniestralidad. Ello permitiría empezar a hacer gestión del aseguramiento, medicina preventiva y regularizaría las atenciones para los prestadores. Para la implementación de esta estrategia se requeriría una vinculación masiva de la población y nuevamente la gestión normativa y de los recursos necesarios por parte de los ministerios comprometidos con esta situación, así como de la Cancillería, que deberá seguir gestionando de manera efectiva los recursos de cooperación internacional para hacerle frente al fenómeno migratorio.

Es claro que el problema migratorio llegó para quedarse, esa es una realidad que hay que incluir en la agenda del sector. El reto ahora es empezar a buscar soluciones efectivas para evitar que unos eventos no previstos y de dimensiones mayores terminen por colapsar la ya frágil y delicada situación de la salud colombiana. No es un problema de los hospitales, de los aseguradores, de los entes territoriales, es un gran problema del país que como tal debemos enfrentar, con la participación de todos los ministerios y por supuesto de la Cancillería colombiana.

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