No cabe duda que el Departamento del Cesar tuvo un cambio en su estructura económica en los últimos 15 años. Luego de ser dominado por el sector agropecuario, hoy la minería del carbón genera el mayor porcentaje de su producción. La explotación minera pasó del 18% del valor agregado departamental en 2000 al 34% en 2015, mientras que el sector agropecuario se redujo del 20% al 10% en el mismo periodo. Este cambio se debe fundamentalmente a los proyectos carboníferos en el centro del departamento, cuya producción se incrementó de 12 millones de toneladas a 45 millones de toneladas entre los años mencionados. Así, el Cesar pasó de una participación promedio inferior al 5% en la producción nacional de carbón a comienzos de los noventa, a tener la mitad en 2015.
Esta transformación trajo importantes cambios al departamento, en unos casos positivos y en otros no tanto. Un primer elemento es que la economía cesarence hoy depende mucho de factores externos, como el precio internacional del carbón. Esto impone un reto porque la variable que explica gran parte del comportamiento de la economía departamental está fuera del control de sus habitantes. Es importante realizar un seguimiento al precio internacional del carbón y comprender las consecuencias que un aumento o descenso le puede traer a los diferentes sectores económicos del departamento.
También es importante que los cesarences entiendan su nuevo papel en la economía nacional. El carbón es el segundo producto más exportado del país, generándole cerca de 4.560 millones de divisas al año. Es una contribución importante en una nación con pocas exportaciones y con un alto déficit comercial, el cual se espera que cierre en cerca del 5,0% del PIB a finales del 2016. El Cesar, con sus ventas de carbón al exterior, contribuye a cerrar esta brecha comercial, y el fomento de la actividad debería ser parte de la política pública nacional y local.
Como resultado del crecimiento minero, el PIB del Cesar tuvo una tasa de crecimiento real promedio anual del 6% entre el 2000 y 2015, superior al 4,3% del país. Esto llevó a que el departamento incrementara su participación en la economía nacional desde el 1,5% en 2000 a 1,8% en 2015, con un repunte de 2,1% en 2012. El descenso a 1,8% resulta de la caída en el crecimiento promedio que, entre 2013 y 2015, fue de 2,4% en el departamento frente a 4,1% en el agregado nacional. El PIB per cápita tuvo una tendencia similar en este periodo: partió de un valor que era el 66% del promedio nacional en 2000 hasta llegar al 97% en 2011 y luego descendió al 85% en 2015.
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