Columna


¡Carajo, no puede seguir!

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

26 de mayo de 2015 12:00 AM

Escribí un artículo que titulé Aire para la paz, el cual publiqué en El Nuevo Siglo el viernes de la semana pasada, a propósito del nombramiento del ministro de Defensa, doctor Luis Carlos Villegas; nombramiento que consideré acertado en cuanto a que enviaba la señal de que se rectificaba de alguna manera la dura posición del ministro saliente de considerar terroristas a los insurgentes que se sientan a manteles con el Gobierno en La Habana.

Posición que, de contera, ayudaba en nada a aprestigiar el proceso de paz sino todo lo contrario, a desprestigiarlo.

Por coincidencia, el artículo salió publicado el mismo día del bombardeo de las fuerzas militares y de policía contra un campamento de las Farc en el Cauca, y en cuyo texto insistía en que se debía cambiar el modelo de un proceso que permitía realizar hechos prohibidos de guerra en nuestro conflicto armado, como el perpetrado contra los 11 soldados en el Cauca, el cual fue respondido, bajo la teoría de “ojo por ojo” -de tiempos bárbaros- , con la descarga de 250 toneladas de bombas contra un campamento guerrillero y con otro más en el departamento de Antioquia. Porque, ocultar que fueron  actos de retaliación, no es posible.

¡Vaya cruel panorama el de Colombia, pues ahora vendrán actos correlativos de las Farc, expertas en emboscadas y atentados urbanos!   
Volviendo a mi artículo, en él sugería que el general Mora, quien representa a nuestras fuerzas militares en la mesa de negociaciones, abanderara un pacto mínimo humanitario, pero ante los hechos ocurridos, confieso que tal propuesta no cabe dentro de la política militar de guerra de nuestras fuerzas armadas, la cual, aparentemente no es la misma que inspira la filosofía de paz del presidente Santos.

Según cuentas que harán los violentólogos por la cantidad de muertos que produjeron tanto los bombardeos como el ataque vil de la guerrilla, nuestro ejército  habría resultado triunfador; resultado que habrá que comparar, sin embargo, con la reducción de los hechos de guerra durante el cese unilateral del fuego que decretó las Farc el 20 de diciembre de 2014, y cuya ruptura anunciada ayer habría sido resultado a su vez de los ataques del ejército. De acuerdo con informe (Semana, última edición), atribuido a la Fundación Paz y Reconciliación, “el cese al fuego evitó la muerte o heridas de 614 combatientes y la intensidad de guerra bajó en un 85%, y según el centro de estudios Cerac, se evitaron un 73% de las muertes de civiles y un 64% de las muertes de la fuerza pública”.

Entonces, ante un proceso de paz en vía de fracaso, ningún esquema distinto al del cese bilateral al fuego puede ser mejor. Porque, ¡carajo, esta guerra sucia no puede seguir!

edmundolopezg@hotmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS