El domingo 11 de junio hicimos asamblea de la acción comunal de nuestro barrio, con un tema crucial: el de la seguridad e invitamos al comandante del CAI, quien fue puntual. Los atracos constantes y asaltos a mano armada, con heridos, habían sido varios, pero no contábamos con que la próxima víctima sería el yerno del presidente de nuestra acción comunal, un joven profesor del SENA, Ingeniero de sistemas, quien dejaría una bebe de escasos 6 meses.
Les expresé al comandante y a mis vecinos que nuestra ciudad se la tomó el delito, y la delincuencia común crece sin que las autoridades tomen medidas especiales.
Crece la inseguridad alimentada por la cantidad de desplazados que llegan y la existencia de más de 90 pandillas, algunas amamantadas por los reductos de paramilitares que continúan el boleteo, los chantajes y atracos. También por haber en la ciudad una pobreza que es de las mayores en Colombia, con centenares de padres, muchos calificados para trabajar, pero sin nada que llevarles a sus hijos en casa.
Hasta los empresarios de la ciudad están siendo desplazados por foráneos que llegan con su cuadrilla a reemplazar nuestra mano de obra, acompañados de un Concejo distrital mediocre, que archiva un proyecto de acuerdo en defensa del empleo de la mano de obra local. Cuánta desgracia con quienes dirigen a la ciudad desde el Palacio de la Aduana y del edificio de la gobernación en Turbaco, que no lo construyó en esencia la mano de obra civil calificada de la ciudad, como lo hizo también el anterior gobernador con el parque Espíritu del manglar.
Cartagena genera empleo en el mar, sus playas, su turismo, su comercio internacional y nacional, su cultura, su industria diversa, su sector público y de servicios como ninguna otra ciudad, pero sus autoridades permiten que estas fuentes de empleo bajen el desempleo en otras ciudades, y crezca en la nuestra. Me he encontrado hasta con ingenieros de informática y comunicaciones, manejando taxis.
El Sena en todos estos años ha capacitado en la ciudad a mas de 200 mil personas, muchas cabeza de hogar, que seguramente se sentirán mas frustrados/as cuando a pesar de ello, buscan trabajo y de manera perversa les ponen unos requisitos que no puedan cumplir, para que la cuadrilla foránea, ya preparada, asuma el cargo y lo mismo hacen con los negocios que giran alrededor de todos los sectores económicos del mercado.
No seamos indiferentes, por eso los rateros desde Bogotá se devoraron mas de 17 billones de pesos en lo de Reficar, y parémonos cívicamente exigiendo buen gobierno y medidas inmediatas de las autoridades civiles y militares, en empleo, combate a la pobreza y más presencia militar en sus barrios al lado de las comunidades.
*Rotaremos este espacio para mayor variedad de opiniones.
cjulioenrique@yahoo.com
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