Columna


Cartagena se hunde

ALFREDO PINEDA CORENA

29 de septiembre de 2023 12:00 AM

Es mucho lo que se ha dicho y escrito en las últimas décadas sobre la inminencia de los estragos que causará el ascenso del nivel del mar como uno de los fenómenos asociados al cambio climático producto del calentamiento global, así como los riesgos para la ciudad, que es una de las más amenazadas del mundo por cuenta de estos fenómenos naturales. Todo esto sucede ante la mirada indiferente de los gobernantes de turno.

En la medida en que pasa el tiempo sin tomar decisiones de fondo, las soluciones para enfrentar este fenómeno mundial se van tornando más costosas y casi imposibles de implementar. Todos vemos que las medidas que se toman en momentos de emergencia no dejan de ser paliativos a corto plazo, es decir, “paños de agua tibia”.

La complejidad de este problema radica en que no hemos tomado conciencia de que la solución para contrarrestar el problema del ascenso del nivel del mar va ligada a otros proyectos de suma importancia como el manejo de las escorrentías pluviales, Plan Maestro de Drenajes Pluviales y el de la Protección Costera, es decir, que no se ha pensado en una solución integral. Estos proyectos han sido tratados de forma independiente, como quien dice, como una “colcha de retazos”. Tampoco se han tenido en cuenta las sugerencias que se han hecho desde varios sectores, como conformar una entidad, autónoma, integrada por profesionales expertos en la materia, que se encargue de diseñar, construir, operar y mantener las obras que sean necesarias.

Este caos provocado por la improvisación ha llevado a que se diluyan responsabilidades pues la información, que podría tener algún valor técnico y científico, se encuentra dispersa en varias entidades como Valorización, Edurbe, Secretaría de Infraestructura, Universidad de Cartagena y Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, UNGRD, sin que ninguna de ellas posea la infraestructura para manejar un proyecto integral de esta magnitud.

De otra parte, vemos cómo existe un descontrol en el crecimiento urbanístico de la ciudad donde se permite la construcción de grandes complejos habitacionales, comerciales violando todas las normas establecidas en el POT, cortando los cauces naturales de las aguas pluviales y vertimiento de aguas lluvias al sistema de alcantarillado sanitario. La altas mareas de los últimos días, aunque ya se han presentado en otras oportunidades, deberían ser el detonante para lanzar un SOS para algo que muy pocos mencionan y es el de permitir la construcción de semisótanos en sectores donde el POT lo prohibe, expresamente, en su artículo 234. En una ciudad en alto riesgo, frente a este fenómeno, no deberían permitirse tales desatinos.

La pregunta del millón: ¿Qué pasó con el Plan 4C?

*Ingeniero Civil y Sanitario.

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