Columna


Caso especial, dr. Dau

El pico y placa para motos (día par e impar), dos días sin moto y la prohibición de circulación, son golpes muy duros contra la economía popular, y un problema creado a muchos de sus usuarios.

MIGUEL YANCES PEÑA

18 de noviembre de 2019 12:00 AM

Me escribe una lectora. “Soy madre cabeza de familia, con tres hijos menores que levantar. Como muchas otras, trabajo para subsistir. Mi trabajo me obliga a utilizar el servicio de mototaxis, porque los buses de Olaya pasan a un poco más de un kilómetro del sitio donde vivo, y me dejan a igual o mayor distancia del sitio donde debo ir (no hay SITM). Los viernes sin motos, no obstante, tengo que hacerlo: caminar con rabia y desespero unos cinco kilómetros en la mañana e igual en la noche, porque las autoridades que toman esas decisiones no piensan en personas como nosotras, y las que las sustituyen no se ‘atreven’ a derogarlas.

Tampoco la moto me puede dejar en el sitio, pues el barrio de Manga, igual que otros, tiene prohibido el tránsito de motos con acompañante; de manera que, de todos modos, me toca caminar a diario, una gran distancia desde y hasta la Avenida del Lago. La persona de quien cuido, que tiene un alto grado de invalidez física, me solicitó, primero al CAI, luego al DATT, y por sugerencia de estas dos entidades, a la Alcaldía, un permiso especial para entrar al barrio como parrillera. Me respondieron que estaba prohibido, citando apartes del Decreto 1338 del 2018”.

Hasta aquí su exposición. ¿Cómo así? me pregunto al conocer del caso, si precisamente porque está prohibido es que ella solicitó el permiso especial. No es una consulta, sino una petición. Esa señora, sin serlo, cumple funciones de enfermera. Estoy convencido de que el alcalde, a quien iba dirigida la solicitud, no la conoció; tampoco quien escribe los decretos, de modo que ni puede modificarlos. Responden autómatas sin ninguna consideración humana. Es un anticipo, no lo dudo, de lo que se nos viene con la Inteligencia Artificial (IA). Se automatizaron tanto (Ley del mínimo esfuerzo) que no se percataron de que, al hacerlo, se han vuelto sustituibles por la IA. Actúan como dueños de la ciudad, evitando, a punta de prohibiciones, el normal transcurrir de la vida, y el pleno disfrute de las libertades, y otros derechos descritos como fundamentales en la CN-91. No puedo creer, ni aceptar, que sectores privilegiados se erijan como feudos, en los que se requieran permisos para transitar, o trabajar. No puedo creer tampoco, que haya que hacer un plantón; o buscar un líder social con capacidad de convocatoria que organice una violenta manifestación, para que las personas a quienes les hemos otorgado autoridad limitada y temporal escuchen.

Ser político requiere, ante todo, inteligencia y sensibilidad para sentir las vicisitudes y el clamor ciudadano. El pico y placa para motos (día par e impar), dos días sin moto y la prohibición de circulación, son golpes muy duros contra la economía popular, y un problema creado a muchos de sus usuarios. ¿Cómo salir adelante en la vida si todo el tiempo se lo gastan en movilizarse, hacer colas en las EPS y cuidar hijos?

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