Columna


contaminación y la DIMAR

JESÚS OLIVERO

12 de julio de 2019 12:00 AM

Muchos ciudadanos hemos experimentado frustración al ver el video de la contaminación por polvo de carbón en Puerto de Mamonal. Aunque los cuestionamientos son muchos, es clara la necesidad de frenar estas acciones que desdicen el empuje de una sociedad que intenta avanzar legítimamente desde lo industrial, hacia el bienestar colectivo.

Puerto de Mamonal es una empresa grande, que aporta muchos impuestos y emplea a cientos de personas, lo cual la hace merecedora de nuestro respeto y apoyo. No obstante, lo documentado muestra que, en Cartagena, con cada paso que damos retrocedemos dos. Aunque lo ocurrido puede terminar descargando la culpa sobre los operarios, se deben revisar los protocolos de la empresa para manejar el polvo de carbón, y verificar que los trabajadores reciban capacitación sobre las consecuencias de exponerse a este material tóxico y el resultado de arrojarlo a la bahía.

El polvo de carbón no es un material inerte. Hasta la fecha no se ha evaluado su impacto en la bahía y menos sobre el Arrecife de Varadero. Sabemos que libera metales pesados e hidrocarburos aromáticos polinucleares, los cuales generan problemas a la salud. Una vez en el agua, el polvo de carbón llega al sedimento, y desde allí estos contaminantes alcanzan los peces, cuyo consumo termina exponiéndonos al derrame. Desde los dueños de la empresa hasta los que sobreviven con un corrientazo, disfrutan de los frutos del mar en restaurantes gourmet o callejeros.

Más allá de la contaminación generada, preocupa la respuesta de las autoridades. La DIMAR asegura que la empresa cumple con los protocolos ambientales, pero que en todo caso iniciarán las investigaciones pertinentes. La misma historia repetida una y otra vez que aparece una mancha de petróleo en la bahía u ocurre algo similar en los puertos.

Es necesario revisar el papel de la DIMAR. En su misión, visión y objetivos estratégicos no hay nada parecido a protección o impacto ambiental. Todo está relacionado con ejercer la autoridad en el territorio marítimo. Pero como donde manda capitán no manda marinero, Cardique, que debería decir algo, ni pío. Al menos EPA, y hay que aplaudirla, dijo que la evidencia estaba allí.

Ojalá los resultados de las investigaciones sean conocidos por la ciudadanía, y por encima de las sanciones, si las hubiese, debemos recordar que el progreso llega cuando los sectores productivos piensan más allá de los accionistas. En un planeta enfermo, alta pobreza y corrupción en la ciudad, y un modelo de desarrollo que arrasa los recursos naturales, la contaminación sin escrúpulos es la estocada final.

*Profesor

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