Columna


Corte Constitucional provida

MAURICIO CABRERA GALVIS

27 de febrero de 2022 12:00 AM

Le han llovido rayos y centellas a la Corte Constitucional por su sentencia C-055 con la que despenaliza el aborto realizado antes de la semana 24 de gestación. Que es un atentado contra la vida o que es la legalización del asesinato, son algunas de las acusaciones que le han hecho quienes se llaman a sí mismos provida. Frente a tan graves señalamientos se debe decir que la Corte también tiene una posición provida.

La consecuencia más importante de la despenalización es salvar la vida de muchas mujeres o niñas, pues se van a disminuir los miles de abortos clandestinos que hoy se realizan en Colombia, al permitir a las que han tomado esa difícil decisión lo hagan en condiciones dignas que no atenten contra su salud y su vida.

La mejor manera de disminuir los abortos no es prohibirlos por decreto o castigarlos como delito, sino evitar que se produzcan embarazos no deseados. Para ello la sentencia C-055 no solo despenalizó el aborto, sino que también -y tal vez más importante- exhortó al Gobierno y al Congreso para que “formulen e implementen una política pública integral que evite los amplios márgenes de desprotección para la dignidad y los derechos de las mujeres gestantes”.

Esta política debe incluir medidas orientadas a “garantizar la protección del bien jurídico de la vida en gestación que, en contraste con la sanción penal que se declara condicionalmente exequible en esta sentencia, sean respetuosas de los derechos de mujeres, niñas y personas gestantes y brinden verdaderas alternativas a la interrupción voluntaria del embarazo”.

Hay otra discusión ética más de fondo. El teólogo católico Hans Küng planteó que no hay un consenso entre las religiones sobre el inicio de la vida. Para él, “la vida comienza en el momento de la concepción” pero “la cuestión no es cuándo empieza la vida humana sino cuando comienza una persona”. Y añade que hay toda una tradición católica que incluye a Tomás de Aquino que establece que “solamente en la última fase de la evolución del feto hay una persona humana”.

Además, ni siquiera para la Iglesia católica el derecho a la vida es absoluto. Para la Constitución el derecho a la vida es tan inviolable que se prohíbe la pena de muerte, pero el Catecismo Católico la acepta, pues la “enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye el recurso a la pena de muerte” (n.2267).

Es claro que la posición de la Corte es provida, pues no trata de defender ni promover el aborto, solo de no convertirlo en delito, a la vez que exhorta a buscar otras alternativas a los embarazos no deseados.

Adenda: A los provida críticos de la sentencia de la Corte no se les ha oído ni una declaración contra los asesinatos de los líderes sociales. Esta semana fueron otros dos y ya van más de 900 desde que se firmó el Acuerdo de Paz.

*Economista.

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