Columna


Costo de hipocresía

RUDOLF HOMMES

18 de junio de 2017 12:00 AM

El Espectador, el 14 de junio pasado, relata la experiencia del profesor de un colegio público en Bogotá, Luis Miguel Bermúdez, que diseñó un currículo de educación sexual con el que redujo a cero los embarazos de las alumnas adolescentes de su colegio.

Reprime la matonería (“bullying”) y reduce la inseguridad sexual de sus víctimas poniendo a un lado la hipocresía y enseñando a sus alumnos a usar bien los métodos anticonceptivos, a ser responsables en sus relaciones sexuales, a gozarlas y a liberarse de patrones de comportamiento que les imponían el medio familiar y los valores de la comunidad sobre la sexualidad y la identidad de género (Camila Taborda, “El Profesor que eliminó los embarazos adolescentes”).

Bermúdez parece haber identificado que el embarazo adolescente que afecta en los colegios populares a un alto porcentaje de las niñas (1 de cada 3 en este caso) es tolerado, si no es inducido en el núcleo familiar porque con alguna frecuencia las madres de estas niñas tuvieron experiencias parecidas. La ambivalencia derivada de las actitudes que induce esta empatía, en contraste con la obsesión de querer que las niñas mantengan su virginidad y que los hombres tengan relaciones sexuales prematuras para demostrar su hombría, es propicia al embarazo adolescente.

Este profesor cree que la interacción entre el machismo de los jóvenes y el matoneo es una bomba que contribuye a inducir estos embarazos. Los jóvenes son objeto de bullying por los más agresivos, que los presionan a demostrar que son hombres, y una de las formas de hacerlo inequívocas es embarazando a alguna condiscípula.

El profesor Bermúdez aparentemente dio con la fórmula y esta le obtuvo el premio al Gran Maestro de la Fundación Compartir. A juzgar por el contenido del artículo la clave del éxito ha sido aceptar como premisa y punto de partida que la educación sexual es para que los jóvenes aprendan a gozar el sexo en forma sana con las debidas precauciones y siguiendo preceptos de salud pública y de respeto por los demás. Es un error enfatizar en la prevención del embarazo y no alinear el objetivo del currículum de educación abiertamente con el placer, aceptando de frente que es mejor el sexo con placer que con remordimiento.

Algo muy importante que este maestro aclara, en sus propias palabras, es que la controversia sobre la “ideología de género” que contaminó hasta la discusión del Acuerdo de La Habana es algo que ‘desde la academia no existía. Se lo vinieron a inventar para tergiversar la política de equidad de género en las escuelas en contra del plebiscito’. Entonces, hay que rescatar el objetivo de mantener un ambiente de apertura mental y social para amparar a los jovencitos y jovencitas que terminan siendo víctimas de prejuicios sexuales atávicos e inconvenientes, hasta el punto de acudir al suicidio para aliviar la presión social ejercida por los ignorantes y los hipócritas.   

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